Los agentes acusados sugieren que los etarras de la T4 se hirieron en la detención

  • La Fiscalía reclama como máximo 3 años para dos de los encausados.
  • La acusación particular de los etarras solicitan condenas de 6 a 17 años.
  • Los 15 guardias civiles coinciden en su versión de los hechos.
  • Ninguno de los imputados detectó signos de violencia en los detenidos.

Los guardias civiles juzgados en San Sebastián por maltratar a los etarras que volaron la T-4 de Barajas, Igor Portu y Mattin Sarasola, durante su detención y traslado han sugerido este lunes que las lesiones que sufrieron los terroristas se produjeron durante su arresto, al que se resistieron violentamente.

Aunque en un primer momento estaba previsto que las declaraciones de los acusados ocuparan las dos primeras jornadas de la vista que se sigue en la Sección Primera de la Audiencia de Guipúzcoa contra estos 15 guardias civiles, la negativa de todos ellos a responder a las preguntas de la acusación particular ha agilizado sus testimonios que han concluido por la mañana.

Los asistentes al juicio, entre los que se encuentran numerosos compañeros de los acusados así como amigos de las víctimas, han completado el aforo de la sala principal de la Audiencia, por lo que algunas personas no ha podido acceder a su interior.

La Fiscalía de Guipúzcoa no aprecia indicios de delito en cinco de los procesados, pero imputa torturas a otros cuatro y considera a los seis restantes responsables de otras tantas faltas de lesiones.

Por ello, reclama tres años para dos de los encausados (un sargento y un cabo), dos años para otros dos (un cabo y un guardia), y diez días de localización permanente para los seis restantes (dos tenientes, tres cabos y un guardia).

La acusación particular, que ejercen Portu y Sarasola, imputa a los 15 guardias un delito de tortura en su modalidad agravada, entre otros delitos y faltas, por los que solicita condenas que van de 6 a 17 años de reclusión.

Durante la sesión del juicio celebrada este lunes, los acusados han ratificado las declaraciones que prestaron con anterioridad en la fase de instrucción y han mantenido la versión oficial, según la cual las lesiones que presentaban Portu y Sarasola se produjeron durante su detención al intentar escapar y oponer una violencia resistencia al ser reducidos por varios de los guardias que tomaron parte en el operativo.

La Fiscalía y las defensas han interrogado a los procesados sobre dos momentos distintos del operativo: el instante en el que los etarras fueron detenidos, la mañana del 6 de enero de 2008, por una parte, y, por otra, los traslados de los arrestados al cuartel de Intxaurrondo, a los registros de sus domicilios en Lesaka (Navarra), el Palacio de Justicia, donde fueron examinados por una forense, y al hospital (en el caso de Portu) y a Madrid (en el de Sarasola).

Las versiones de los guardias civiles

Los distintos agentes han ofrecido testimonios perfectamente coincidentes entre sí, según la cual los dos terroristas se dieron a la fuga casi al mismo tiempo cuando los guardias les pidieron que les mostraran las mochilas que portaban en las que ocultaban dos revólveres y munición.

Entonces, dos policías persiguieron a Portu y otros dos a Sarasola. A los pocos metros, el sargento que dirigía el operativo y un cabo "placaron" al primer terrorista que cayó de cara al suelo de frente con ambos guardias encima, a pesar de lo cual el etarra intentó proseguir la huida agrediendo con "una violencia desmesurada" a los policías que se tuvieron que emplear "a fondo" para reducirle y esposarle.

Una situación similar se produjo con Sarasola, aunque los agentes que lo capturaron no se precipitaron sobre él sino que, tras una corta persecución, lo redujeron cada uno por un brazo y colocaron contra el suelo, si bien uno de ellos se situó de rodillas sobre él para colocarle los grilletes, ya que también se resistía.

A pesar de ello, estos policías han asegurado que no percibieron ninguna lesión en los detenidos, al igual que la mayoría de agentes que participaron en los diferentes traslados, aunque tres de ellos sí vieron un enrojecimiento o rozaduras en uno de los ojos de Portu que, a uno de ellos no le sorprendió porque pensó que se habría resistido a la detención.

En cualquier caso, ninguno de los imputados que participaron en los distintos traslados de ambos etarras detectaron otros signos de violencia en los detenidos y han asegurado que ni los maltrataron ni vieron hacerlo a ninguno de sus compañeros.

Han mantenido asimismo que no se desviaron de los trayectos marcados para torturar a los etarras en un paraje forestal y en un río como mantienen las acusaciones, ya que condujeron a los terroristas directamente a los destinos que tenían marcados.

La vista continúa este martes con la declaración de varios testigos, entre ellos Portu y Sarasola. Está previsto además que el miércoles se practique la prueba pericial con las declaraciones de varios forenses, con lo que previsiblemente el juicio podría concluir el jueves con las conclusiones e informes de las partes.

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