Un paciente con una de las 93.000 prótesis de cadera defectuosas teme por su salud

  • El fabricante DePuy alerta de que 93.000 de sus prótesis tienen defectos y deberán ser retiradas de los pacientes.
  • Francisco Gibaja, de 38 años, lleva una de esas prótesis: "¿Pero qué tengo implantado aquí?", se pregunta angustiado.

El fabricante estadounidense DePuy, filial de Johnson and Johnson, ha distribuido desde el año 2003 más de  93.000 prótesis de cadera defectuosas (modelos 'ASR XL Acetabular Systema' y 'ASR XL Hip Resurfacing System') que deberían ser retiradas de los pacientes.

Unos 70 centros de salud de toda España, excepto de Aragón, Cantabria, Ceuta, Melilla, Extremadura, Navarra y La Rioja, recibieron las prótesis, según elmundo.es, que cita que el Ministerio de Sanidad reconoce que ha emitido la alerta dirigida a los profesionales sanitarios "para que estrechen la vigilancia por si detectan más problemas", pero que no todos los pacientes con dichas prótesis deberán volver a operarse.

Francisco Gibaja, de 38 años, es uno de los pacientes que está siendo sometido a exámenes. Hace tres semanas su cirujano del Hospital de Móstoles lo citó para informarle que desde ese momento iba a someterlo a controles "cada seis meses, como mucho" para ver cómo estaba su cadera. El médico, "muy serio y afectado", según cuenta el propio Francisco a 20minutos.es, le informó de que la prótesis que llevaba en su cadera derecha era defectuosa "y se podía desenganchar del fémur". "Me dijo que ya se habían quitado un tanto por ciento muy elevado de esas caderas y que tenía que ver cómo estaba la mía. Me dio una cita preferente para hacerme una radiografía de urgencia, y me citó para volver a verlo el día 11", dice, "y me la hago este viernes, cuando lo normal es que tardara 4 o 5 meses. Todo está siendo demasiado preferente", comenta suspicaz.

Hace tres años Francisco sufrió un brutal atropello en un paso de peatones frente al supermercado donde trabajaba como transportista. Como consecuencia del accidente, Francisco, padre de un niño de 7 años y una niña de 3, tuvo que someterse a un implante de cadera y quedó con una invalidez del 55%.

La noticia de la posible nueva operación lo pilló por sorpresa, pero su preocupación aumentó durante el fin de semana cuando un familiar le advirtió de las noticias que circulaban y leyó que también se investigaba si parte del cromo y el cobalto de las prótesis se había filtrado a los tejidos circundantes. "Pero ¿qué tengo implantado aquí?, ¿Por qué tiene tanta prisa la empresa en quitar las prótesis?", se pregunta y, de repente, se acuerda de que a él le están haciendo análisis para averiguar la causa de la anemia que padece. "Es que uno se asusta", dice para justificar sus asociaciones mentales, y continúa con tristeza: "Menuda racha. Primero el atropello, luego el año pasado mi hijo casi se mata al caer en una zanja de dos metros y medio, en febrero sufrí una pequeña angina de pecho y ahora esto".

El doctor Rafael López Arévalo, jefe de traumatología del Hospital Quirón de Málaga, explica que "está descrito que las prótesis sueltan partículas; pero todavía no se ha demostrado que estas partículas produzcan una reacción tóxica en el organismo. Y en ningún caso se ha demostrado su relación con el cáncer. Todo esto se está investigando". En cuanto a los riesgos que un paciente como Francisco tendría que afrontar con una nueva operación, el doctor es claro: "Las reintervenciones pueden tener complicaciones más graves. Conforme más intervenciones se hagan, hay más riesgo de infecciones, rechazos y aflojamiento de la prótesis".

El recambio de prótesis es algo frecuente, sobre todo en pacientes jóvenes. Las prótesis se desgastan con el tiempo y se aflojan. Tienen una vida media de 10 años, "actualmente hasta de 20 años, si no tienen ningún problema asociado", explica el traumatólogo, "porque su duración depende de muchos factores: el peso del paciente, la alineación del eje, el castigo que le dé el paciente a la prótesis, etc.". "Con 38 años si tiene un primer recambio, tendrá que operarse más veces, y con cada operación disminuye la cantidad de hueso que tiene el fémur, por lo que hay que recurrir a injertos, etc." , continúa.

Mientras llega la cita con el médico para ver qué será de su prótesis, Francisco ha llamado al fabricante de la prótesis, DePuy, para pedirles más información. Alguien, amablemente, le ha tomado nota, porque la persona encargada del tema "no está".

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