Castro se planta ante la "embajada" de EEUU y llama "loco" a Bush

El mandatario visita las misteriosas obras que se llevan a cabo frente a la Sección de Intereses de EEUU en La Habana y se despacha a gusto contra Washington y sus políticas.
El presidente cubano Fidel Castro observa el panel luminoso colocado en el quinto piso de la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana (Foto: EFE)
El presidente cubano Fidel Castro observa el panel luminoso colocado en el quinto piso de la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana (Foto: EFE)
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El presidente cubano Fidel Castro observa el panel luminoso colocado en el quinto piso de la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana (Foto: EFE)

El presidente cubano, Fidel Castro, demostró ayer nuevamente que no le tiene miedo a la provocación. Si hace un mes llamó “loca” a la secretaria de Estado de ese país, Condoleezza Rice, esta vez le ha tocado el turno al presidente Bush.

Castro se enfundó su tradicional uniforme verde olivo y se presentó ante las obras que llevan a cabo obreros cubanos frente a la Sección de Intereses de EEUU en La Habana, donde se despachó a gusto contra Washington y mantuvo un improvisado encuentro con un grupo de corresponsales extranjeros.

La misión estadounidense desató las iras del presidente cubano la semana pasada al instalar un panel electrónico en la fachada principal de su edificio en el que se proyectan llamamientos a la libertad y fragmentos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Esta medida desembocó hace dos días en una manifestación multitudinaria de protesta frente a la Oficina estadounidense, que contó con la presencia a última hora del mandatario cubano, y en la que éste llamó “bandidos” y “cucarachas” a sus colegas estadounidenses.

¿Cuál será la respuesta de los cubanos?

Ayer Castro volvió a acercarse al punto de conflicto, visitando las obras que desarrollan los cubanos frente a la misión estadounidense, en lo que ahora es la Tribuna Abierta Antiimperialista José Martí, que esconden un propósito todavía no desvelado por el máximo mandatario cubano, quien dijo que no quería “arruinar la sorpresa”.

A este último respecto, el gobierno estadounidense hizo pública una nota en la que asegura que “el régimen parece estar construyendo una estructura permanente que, creemos, busca obstruir la visión de los cubanos de la información y los mensajes no censurados que publicamos en nuestro panel”.

En su nueva visita, Castro llamó esta vez “loco” al presidente Bush y acusó a la Sección de Intereses estadounidense de ser un “puesto de mando para dirigir la contrarrevolución” y de dedicarse al contrabando.

Castro también criticó duramente la Ley de Ajuste cubano, que fomenta las salidas de ciudadanos cubanos a Estados Unidos, y que según él es “algo absolutamente absurdo y en total contradicción con la batalla que Estados Unidos está tratando de librar contra la emigración ilegal, que es consecuencia de la pobreza y el subdesarrollo de América Latina”.

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