Una mujer de origen portugués, Fernanda María D.B, será juzgada este martes, día 26 de octubre, en la Audiencia de Valladolid bajo la acusación de haber intentado quemar a lo bonzo a su casero en octubre de 2008 por haberla echado de la vivienda que le había alquilado.

Mientras que el Ministerio Fiscal tipifica los hechos como un delito de incendio (artículo 351 del Código Penal) en concurso ideal con un delito de homicidio en grado de tentativa (artículo 138), por los que pide una condena global de cuatro años y cuatro meses de prisión, mientras que la acusación particular eleva su petición de pena a siete años al considerarla responsable de un delito de tentativa de homicidio, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Durante la vista se analizará lo ocurrido sobre las 18.45 horas del día 18 de octubre de 2008, cuando la procesada, cuya familia había sido objeto de un proceso de desahucio de una vivienda que tenía alquilada a Antonio G.P. en el barrio de Belén, se dirigió a su casero en la calle Presentación, a la altura del número 21, e intentó, presuntamente, quemarlo a lo bonzo.

Una botella de gasolina y cerillas

Para ello, y siempre según la tesis de las acusaciones, la acusada iba 'armada' en una mano con una botella, con tres cuartos de la misma llena de gasolina, y en la otra con una caja de cerillas.

Así, y tras verter parte del combustible sobre la cara y resto del cuerpo de su casero, la acusada sacó una de las cerillas con la intención, supuestamente, de quemar viva a la víctima.

Sin embargo, Fernanda María D.B. no pudo lograr su propósito debido a la mediación de una tercera persona y a que sus propios familiares fueron los que la retiraron del lugar, en el que, tal y como advierte el Ministerio Fiscal, había en ese momento bastantes personas cuya vida hubiera corrido peligro si la imputada hubiese logrado su propósito.

Pese a ello, el lesionado, fruto de la gasolina que le alcanzó en los ojos, sufrió una leve epiteleopatía superficial corneal que precisó asistencia médica y de la que tardó en curar cinco días.