La Audiencia Provincial ha condenado a un médico de familia a 20 meses de multa con una cuota diaria de diez euros, y la prohibición de comunicarse y aproximarse a una paciente a una distancia mínima de 300 metros durante ese mismo periodo de tiempo, por cometer un delito de abusos sexuales y una falta de vejación injusta contra dos de sus pacientes.

Los hechos se remontan a diciembre de 2006, cuando el doctor estaba realizando una sustitución durante dos días en el centro de salud de Aljucer, dependiente de la Gerencia de Atención Primaria de Murcia. En el marco de esa breve sustitución, el acusado pasó una doble consulta, con unos 60 ó 70 pacientes, según fuentes del Tribunal Superior de la Región de Murcia (TSJRM), consultadas por Europa Press.

Una de las pacientes, que seguía tratamiento en ese centro, acudió al centro de salud con el propósito de recoger una receta del medicamento que le había sido indicado para el tratamiento de su problema y para solicitar una analítica, por lo que procedió a explicar al doctor el objeto de su visita.

Sin embargo, el médico comenzó a dirigirle preguntas personales, entre ellas, si estaba casada y si era feliz en su matrimonio, no justificadas en el protocolo de asistencia en ese caso. Además, según consta en el auto, mientras el acusado realizaba esas cuestiones, pidió a la paciente que se tumbase en la en la camilla y que se levantase la blusa.

La paciente obedeció al doctor, pero se extrañó por el carácter "insólito" de las preguntas se incorporó en la camilla, aunque el médico la empujó hasta dejarla nuevamente tumbada, tras lo que le levantó la ropa. La paciente se volvió a extrañar y se incorporó por segunda vez, y el acusado volvió a empujarla para dejarla tendida y comenzó a realizarle tocamientos aprovechando la ascendencia que le proporcionaba su condición de médico sobre la paciente.

Al advertir la verdadera naturaleza de los tocamientos de los que estaba siendo objeto, la mujer se levantó, se arregló la ropa y le pidió al acusado que le recetase los medicamentos que había venido a recoger, lo que hizo el acusado "errando, inicialmente, al hacerlo", según el auto.

Ese mismo día, el acusado recibió a otra paciente, que seguía tratamiento en el mismo centro y que pretendía que se le aplicase una analítica, pendiente desde que, meses atrás, hubiera dado a luz.

De nuevo, el médico comenzó a dirigir preguntas personales a la paciente, entre ellas, sobre los días en que se quedaba sola en casa, no justificadas por el protocolo de indagaciones, todo ello "con el mismo propósito y resultado de incomodidad injustificada para la paciente".

A continuación, el doctor le pidió a la paciente que se quitara la ropa para auscultarla, aunque cuando la mujer había comenzado a quitarse la chaqueta le contestó al médico que su marido acababa de salir de la consulta, por lo que el acusado se puso nervioso, cambió de idea y decidió entregar a la mujer la cimentación para la analítica que constituía el objeto de la visita.

Por todo ello, la paciente presentó una queja, ese mismo día, ante la Gerencia de Atención Primaria de Murcia, y volvió a formular su queja al declarar en dependencias policiales y judiciales. Asimismo, la primera paciente también denunció los hechos en Comisaría días después.

En este sentido, el Juzgado de lo Penal número 4 de Murcia condenó al médico como autor de un delito de abuso sexual y una falta de vejación injusta, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de 20 meses de multa, con cuota diaria de diez euros, y prohibición de comunicación y aproximación a una de las pacientes, con una distancia mínima de 300 metros.

Asimismo, fue condenado a 20 días de multa, con cuota diaria de 10 euros por la falta, con abono de costas, incluidas las causadas por la acusación particular y a indemnizar a una de las víctimas con 500 euros y a otra de ellas con 200 euros.

El médico presentó una apelación en tiempo y forma que fue desestimado por la Audiencia Provincial, confirmando la resolución del Juzgado de lo Penal número 4 de Murcia.