Un experto afirma que jueces y fiscales conceden "excesivo crédito" a pruebas forenses sin base científica

El profesor titular de Medicina Legal y Forense de la Universitat de València (UV), Fernando Verdú, ha afirmado que en España, tanto jueces como fiscales le conceden "excesivo crédito" a pruebas médico forenses que no tienen suficiente base científica y que, en cambio, se consideran determinantes en la investigación y en el proceso correspondiente.

El profesor titular de Medicina Legal y Forense de la Universitat de València (UV), Fernando Verdú, ha afirmado que en España, tanto jueces como fiscales le conceden "excesivo crédito" a pruebas médico forenses que no tienen suficiente base científica y que, en cambio, se consideran determinantes en la investigación y en el proceso correspondiente.

Verdú, que ha realizado estas declaraciones durante su intervención en la clausura del seminario 'En la escena del crimen: Ciencia y Justicia', celebrado en la sede valenciana de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), ha explicado que el origen de esta paradoja está en la "deficiente" formación tanto de los magistrados como de los propios médicos, quienes, al pasar por la Universidad, reciben como ciencia exacta ciertas informaciones ya caducas y desmitificadas como las referentes al enfriamiento de un cadáver para calcular la hora de la muerte.

A este respecto ha indicado que la data de la muerte es imposible de averiguar, ya que depende de muchos factores y siempre se podría sacar una aproximación con un margen de unas 12 horas. Ha puesto como ejemplo el cadáver hallado en junio en la playa de Jávea, del que los forenses afirmaron que llevaba 20 días en el mar: "no hay nada científicamente probable que pueda determinar cuánto tiempo lleva un cuerpo sin vida en el agua", ha aclarado.

Otra de las informaciones que se pueden utilizar como prueba en un proceso y que Fernando Verdú y otros expertos de la Medicina Legal consideran inconsistentes son las referidas a la tasa de alcoholemia, ya que "cada persona reacciona de una manera distinta a la ingestión de alcohol, porque el ADN es muy complejo".

Además, según el profesor, la cifra que marca el alcoholímetro se basa en el falso supuesto de que el intercambio de alcohol y aire se produce solo en la zona alveolar, cuando, en realidad, dicho intercambio tiene lugar en todo el árbol respiratorio e intervienen variables, como la mucosidad, que influyen en el resultado. "No se puede legislar a golpe de cifra" —opina—, para quien lo sensato sería que la tasa mínima de alcohol permitida para conducir fuera de cero.

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