La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva ha acogido este jueves la segunda y última sesión del juicio contra los tres acusados de asesinar y vejar a un hombre en Almonte (Huelva), en la que los peritos han asegurado que la víctima —hallada el 28 de mayo de 2008 por su padre— fue atada "de forma metódica" al objeto de que no pudiera escapar del cuarto de la azotea donde fue encerrado y donde murió por estrangulamiento y sofocación.

Durante la vista del juicio, los peritos han narrado cómo se encontraba el cadáver y han explicado que éste estaba atado por los tobillos y de las muñecas y desde las extremidades superiores había una cuerda, la cual estaba atada a una tubería, lo que evidencia que fue un "aseguramiento metódico" que evitaría que la víctima, M.G.D, pudiera escapar.

Asimismo, el fallecido tenía la cabeza cubierta con diversas prendas, una por la cabeza, por el cuello en forma de mordaza y una tercera que le cubría la nariz, lo que evitaba que pudiera respirar, así como han remarcado que el cadáver estaba además semioculto "de forma intencionada".

De este modo, los peritos han indicado que por las condiciones del lugar, el cuartillo de la azotea con techo de uralita, sólo el hecho de estar encerrado "ya sería una tortura".

Además, han señalado que la escalera para ir desde el primer piso de la vivienda a la azotea es "empinada y estrecha", por lo que "es improbable, aunque no imposible" que la víctima fuera subida por una única persona, a la par que han asegurado que las paredes de la escalera tienen manchas de sangre "por rozamiento y a una altura baja".

De esta manera han explicado que en la casa había salpicaduras de sangre —todas de la víctima— y un colchón "lleno", que ponen de relieve "la continuidad de las lesiones".

En el juicio están imputados tres personas, que vivían y consumían droga en casa del fallecido, y cuyas identidades responden a las iniciales de J.J.P.D, alias 'El Violo' y principal imputado, A.M.R.M., conocida como 'La Viola', y M.A.T.R., alias 'El Conejito'. Los tres se han sentado en el banquillo de los acusados por un delito de allanamiento de morada, asesinato, un delito contra la integridad moral, lesiones, detención ilegal y robo con violencia e intimidación, según reza el escrito del Ministerio fiscal.

El cadáver de M.G.D fue hallado en avanzado estado de putrefacción, y como han apuntado los forenses presentaba patología policontusional, además de fractura en el cartílago del cuello y fractura en las costillas.

En el juicio, visto para sentencia, las tres defensas han pedido la libre absolución de los detenidos mientras que la acusación particular ha suscrito el escrito del Ministerio Fiscal que solicita más de 115 años de prisión entre los tres imputados, es decir, entre 37 y 39 para cada uno, por los delitos antes citados.

Por parte de la acusación particular se ha considerado que se trata de un asesinato alevoso debido al desamparo de la víctima, enfermo de esquizofrenia, y a la muerte "dolorosa y monstruosa" que se le provocó, a la par que ha insistido en que la drogadicción no puede ser considerado como atenuante, debido a que el maltrato de la víctima era "continuado".

En el escrito de acusación del Ministerio Fiscal se explica que la víctima falleció después de que fuera subido a la fuerza a un cuarto trastero, sito en la azotea, y una vez allí, le ataran los pies y las manos, lo amordazaran y acto seguido lo encerraran en la estancia con llave, causándole con ello la muerte por estrangulamiento y sofocación. El cadáver fue descubierto por el padre del fallecido el 28 de mayo de 2008 en el mismo lugar y en avanzado estado de descomposición.