El presidente de la Generalitat de Catalunya, José Montilla, ha hecho referencia al fenómeno migratorio y se ha mostrado totalmente contrario tanto a "la demagogia xenófoba" como a la "condescendencia hipócrita", después que este miércoles el líder del PP de Badalona, Xavier García Albiol, declarase ante el fiscal por los folletos en los que vinculaba inmigración y delincuencia, aunque el president no se ha referido directamente a él.

Durante una conferencia en Tribuna de Girona sobre 'Catalunya hoy: balance y propuestas', Montilla ha detallado que se está frenando el proceso de llegada de inmigrantes, el que ha supuesto un incremento de más del 20% de la población en la última década. "Muchos de los inmigrantes de ayer quieren ser catalanes de hoy", ha dicho.

Por ello, ha asegurado que durante la próxima legislatura será necesario reforzar las políticas de integración. "Un ciudadano es un ciudadano y un ciudadano que expresa su deseo de integrarse en este tierra y asumir los valores de la sociedad catalana tiene el derecho a hacerlo", ha afirmado.

La inmensa mayoría de ciudadanos de Catalunya no es xenófoba ni racista "pero tampoco quiere ni tiene que renunciar a su identidad y esto tiene que quedar muy claro". El presidente de la Generalitat ha insistido, finalmente, en que "se tiene que actuar con cautela como ya hace años que se hace, actuando con sensibilidad y determinación a la vez".

Encaje en españa

Montilla también ha hecho referencia a otro de los "grandes temas" de los próximos años: el encaje de Catalunya en España. "Un encaje que solo veo viable si desde aquí y sobre todo desde allá se avanza hacia una estructuración cada vez más federal", ha matizado.

El presidente ha recordado su punto de vista en referencia a esta cuestión, dejando claro que él no es independentista y que tampoco le satisface que se amplíe la distancia emocional entre Catalunya y el resto de España, ya que "cuanto mejor le vayan las cosas a España, mejor le irán a Catalunya".

Aún así, ha insistido en que su exigencia hacia España será clara, por lo que le pedirá "reconocimiento, respeto, trato justo y protagonismo".