La defensa del conductor acusado de matar a una mujer de 41 años y herir a su hijo de cuatro en Montecerrao (Oviedo) en 2007 ha dicho que el accidente se debió a un despiste y ha lamentado la temeridad de las víctimas que se expusieron al riesgo, al detener el vehículo en un lugar prohibido y salir de él por el lado de la calzada. El acusado presentó una tasa de 0,52 miligramos por litro espirado en la prueba de la alcoholemia.

La segunda y última sesión del juicio se ha celebrado este martes en la Sala de lo Penal número 3 de Oviedo, donde ha quedado visto para sentencia, tras las declaraciones de la agente de la Policía Local que percibió signos de intoxicación etílica en el acusado y la lectura del testimonio del conductor alemán que presenció el accidente.

La primera ha manifestado que al requerir la documentación al ahora acusado apreció síntomas evidentes de que había ingerido bebidas alcohólicas e incidió en que éste era incapaz de explicar lo que había pasado.

Por su parte, el testimonio del segundo, al que se ha dado lectura en la Sala, indica que el imputado le había adelantado unos cien metros antes del lugar del accidente, cuando conducía a una velocidad aproximada de 50 kilómetros por hora. Posteriormente, invadió el carril derecho y atropelló a las víctimas, tras lo que giró a la izquierda y se detuvo en la mediana. Siempre según su declaración, no frenó ni realizó maniobras evasivas.

Ya en el turno de fijación de posiciones, la Fiscalía ha incidido en que los hechos constituyen un delito de imprudencia grave por el que ha solicitado dos años y medio de cárcel, al existir indicios que demuestran la ingesta de alcohol, entre los que citó el resultado de la prueba practicada y la propia naturaleza de la maniobra, carente, a su juicio, de sentido. Además, ha justificado la gravedad en las circunstancias de la vía: recta, de dos carriles, y sin dificultades de visibilidad ni iluminación.

Los hechos

Según el relato del Ministerio Fiscal, los hechos ocurrieron sobre las 19.00 horas del día 28 de noviembre de 2007 cuando el acusado conducía por las calles de Oviedo con el vehículo de la empresa.

Sostiene que el procesado conducía a velocidad "excesiva, sin prestar la mínima atención a la circulación y con sus facultades físicas y psíquicas alteradas y mermadas por la ingestión de bebidas alcohólicas" por la calle Piloña, en un tramo "seco, recto, con perfecta visibilidad y suficientemente iluminado".

Según la fiscal, el acusado, que circulaba por el carril izquierdo, giró hacia el carril derecho con un volantazo brusco y sin justificación a la altura del número 6 y colisionó contra un vehículo, cuyo conductor había detenido el coche, con los intermitentes de advertencia puestos, para facilitar que se bajara un menor que se encontraba en la calzada cogido de la mano de su madre. En ese momento ambos fueron arrollados por el turismo.

Madre de tres hijos

Como consecuencia del atropello, la mujer sufrió lesiones que le provocaron el fallecimiento. La víctima estaba casada y tenía tres hijos de cinco, cuatro y tres años, cuando ocurrió el suceso.

Por su parte, el menor sufrió policontusiones, contusión torácica leve y fractura de diáfasis femoral izquierda por los que precisó 22 días de hospitalización. Además, tardó en curar 360 días y le resta una dismetría entre ambas extremidades inferiores que le exige llevar un alza de un centímetro en el calzado, sin que pueda precisarse si en el futuro esto se compensará con el crecimiento o bien le provocará problemas de alteración en la marcha.

Tras el accidente, los agentes de la Policía al observar que el acusado presentaba movimientos torpes, lentitud de reflejos, olor a alcohol en el aliento y habla pastosa, le realizaron la prueba de alcoholemia resultando a las 20.19 horas una proporción de 0,51 miligramos por litro espirado y a las 20.45 horas una proporción de 0,52 miligramos. El acusado no deseó realizar análisis médicos de contraste.

Además de la pena de prisión, se solicitan indemnizaciones para los padres, el marido y los tres hijos de la víctima.