Keith Richards confiesa en su libro que Mick Jagger llegó a hastiarle

  • Según el guitarrista, un lío de faldas los separó.
  • También denuncia que fue perseguido por el 'establishment' británico.
Keith Richards en una foto de archivo.
Keith Richards en una foto de archivo.
Efe
Keith Richards en una foto de archivo.

El guitarrista de los The Rolling Stones, Keith Richards, ha publicado un libro autobiográfico que promete proporcionarle algunos enemigos.

Así, el artista afirma en su obra Life que entre el líder de la banda, Mick Jagger, y él hubo cierta rivalidad, pricipalmente por líos de faldas.

Al parecer, Jagger tuvo una aventura con la novia de Richards, Anita Pallenberg, y Richards, por su parte, se lió con la novia del primero, Marianne Faithfull.

Estos coqueteos pusieron "más distancia" entre ambos que cualquier otro asunto aunque, según el guitarrista, probablemente más "por parte de Mick" y "seguramente para siempre".

"Fue a principios de la década de los ochenta cuando Mick comenzó a volverse insoportable", agrega, "a veces extraño a mi amigo".

Asimismo, Richards, que ha recibido un avance de 7 millones de euros por el libro, indica que cree que fue objeto de una persecución por parte del poder establecido británico cuando un juez intentó condenarles en 1967 a él y a Mick Jagger a exageradas penas de cárcel por delitos menores de posesión y consumo de drogas.

Richards y Jagger fueron juzgados en 1967 por delitos de posesión y consumo de drogas después de una redada de la policía en la casa del primero en Redlands (sureste de Inglaterra), donde celebraban una fiesta multitudinaria.

En un famoso juicio, el juez condenó a Richards a un año de cárcel por permitir que su casa se utilizara para el consumo de cannabis, mientras que Jagger recibió tres meses por llevar encima cuatro pastillas de anfetamina.

Las sentencias, que querían ser ejemplares en un momento en que los Rolling representaban la anarquía y la decadencia en el mundo de la música, fueron finalmente revocadas, en parte por la intervención del entonces director del Times, William Rees-Mogg, que criticó la parcialidad del veredicto en un editorial titulado "¿Quién rompe a una mariposa posada en una rueda?".

"Nos salvó Rees-Mog, porque, créanme, me sentía como una mariposa en ese momento, y me iban a romper", relata Richards en su libro.

En su editorial, el director del periódico argumentaba que los acusados no hubieran recibido sentencias de ese calado si hubieran sido personas anónimas.

En su libro, Richards mantiene que los Rolling Stones estaban siendo perseguidos por los poderes del "establishment" británico, defensores de los valores tradicionales, que detestaban al grupo por sus excesos y el mal ejemplo que supuestamente daban a los jóvenes.

"Qué sentencia tan ridícula. ¿Tanto te odian?", me pregunto quién estaba susurrándole al oído a juez", explica el músico.

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