La acusación basaba en este testimonio buena parte de su demanda de 60 millones de euros para las familias de los militares muertos en el accidente aéreo.
El Convenio de Varsovia, un tratado que regula el transporte aéreo, establece en 130.000 euros el límite de las indemnizaciones en caso de accidente, salvo en caso de negligencia de los pilotos o de las compañías
aéreas, o que el pasaje vuele sin billetes. La defensa responsabiliza a las compañías Um Air, Chapman Freeborn y Busin Joint, y les reclama la indemnización.
Ausencias
Uno de los aspectos más llamativos del juicio fue la ausencia de los tres responsables legales de las empresas demandadas. Aunque este hecho no repercutió en el transcurso del juicio.
Por parte de la defensa estuvo presente el abogado de Um Air, Rodolfo González, que centrará su alegato de hoy en demostrar que la compañía «no es la única culpable» y en involucrar a los controladores aéreos turcos.
Cadena de mando responsable
Los familiares de las víctimas del Yak-42 en mayo de 2003 demandarán a toda la cadena de mando, si la sentencia del juicio que comenzó ayer en la Feria de Muestras les es favorable.
Aseguran que las indemnizaciones es lo de menos y quieren que se demuestre que ese avión no debió despegar. «Que se haga justicia. Todos los que intervinieron en la cadena de errores deben cumplir condena. Hasta entonces no estaremos tranquilos», explicaba ayer Belén, hermana del teniente fallecido Mario González. Un centenar de familiares estuvieron ayer en el juicio, que se espera concluir hoy.
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