Un inocente pasó la mitad de su vida tras los barrotes

Las muestras de ADN exoneran a Alan Crotzer, de 45 años, que fue condenado en 1982 por un robo a mano armada y la violación de una mujer y su hija.
Alan Crotzer abraza a su hermana Wanda tras ser liberado.
Alan Crotzer abraza a su hermana Wanda tras ser liberado.
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Alan Crotzer abraza a su hermana Wanda tras ser liberado.
En 1981, Alan Crotzer tenía 21 años y vivía despreocupado en la ciudad de Saint- Petersburg, en las soleadas costas de la bahía de Tampa (Florida). Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, su vida dio un giro inesperado que le llevaría a pasar la otra mitad de su vida entre rejas.

En el caluroso mes de julio, tras un atraco a mano armada en Tampa, una mujer de 38 años y su hija de 12 fueron secuestradas y violadas. Una rueda de reconocimiento señaló a los hermanos Douglas y Corlenzo James, además de al joven Alan como los autores del crimen.

A pesar de que los dos hermanos culpables exculparon a Crotzer, el jurado lo condenó a 130 años de cárcel en Tampa. Transcurridos 24 años, las pruebas de ADN han demostrado lo que muchos ya sabían, que era inocente. Al salir del juzgado sólo supo decir «gracias a Dios por este día». Él tuvo suerte, otros inocentes ya han sido ejecutados.

Libres por el ADN

Rolando Cruz: Condenado a muerte en EE UU en 1983 por asesinato y violación. En 1995 fue liberado.

L. Johnson: Excarcelado en 2002 tras 18 años de prisión por robo, secuestro, violación y sodomía.

Luis Díaz: Liberado el pasado día 3. Condenado a 25 años de cárcel por violar a ocho mujeres en Florida.

Un proyecto para los inocentes

Alan Crotzer suma la muesca número 162 en la culata de Proyecto Inocencia, una red creada en 1992 por los abogados Barry Scheck y Peter Neufeld en la facultad de derecho Benjamin N. Cardozo (Nueva York) para ayudar a demostrar la inocencia de presos mediante pruebas de ADN. www.innocenceproject.org

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