La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha rechazado que el relevo de Juan José López Garzón al frente de la Delegación del Gobierno en Andalucía pueda deberse a la falta de confianza en él o de trabajo por su parte y ha señalado que con el mismo se pretende "afrontar una nueva etapa".

"No hay un motivo concreto, ni de desconfianza ni de trabajo, sino para afrontar una nueva etapa", ha señalado De la Vega en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde momentos antes había confirmado el nombramiento del senador socialista y ex consejero Luis García Garrido como nuevo representante del Gobierno central en la región.

La vicepresidenta ha insistido en que el cambio pretende servir para "afrontar esta etapa nueva de la legislatura" y dar un "impulso" a la Delegación del Gobierno en Andalucía, la más amplia de España y de la que dependen las subdelegaciones de las ocho provincias.

Tras anunciar el nombramiento de García Garrido, De la Vega ha agradecido a López Garzón su "labor, esfuerzo y dedicación en la defensa del interés del Gobierno de la nación y de los ciudadanos que viven en Andalucía" y, a preguntas de los periodistas, ha insistido en que éste lleva "mucho tiempo trabajando" y que "lo ha hecho muy bien".