De hecho, los puntos de recogida de pilas de la ciudad, ubicados en la base de algunos carteles publicitarios, sólo permiten depositar las de tipo botón, cuando antes se podían verter todo tipo de pilas.
El Gabinete de Calidad Ambiental de la Universidad de Granada confirma que, a excepción de las de botón –por su alto contenido en mercurio–, las pilas no contaminan más que cualquier otro residuo metálico, ya que se han eliminado de su composición los materiales pesados, como el cadmio. Aunque recomienda su tratamiento diferenciado de otros residuos. De hecho, en cada facultad existe un punto de recogida de pilas –de cualquier tipo– que luego son enviadas a una empresa autorizada para gestionar residuos peligrosos.
La Universidad recoge anualmente 1.800 kilos de pilas. Por su parte, Ecologistas en Acción estima que las pilas tradicionales siguen conteniendo materiales como el plomo, de difícil eliminación, por lo que recomienda, al igual que la Universidad granadina, su eliminación selectiva y separada de la basura orgánica, para facilitar de este modo su tratamiento.
Con una pista facilitada por el lector
Luis Manuel Quiroga García.
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