Cinco nuevas zonas
Los lugares en los que aún no se puede reciclar en la capital al cien por cien son la Circular, San Juan, Vadillos, San Nicolás, Universidad y el Centro.
El casco histórico será la última zona a donde lleguen, ya que en algunas calles existen dificultades para la recogida con los camiones y es necesario instalar unos contenedores que sean adecuados al entorno en el que se ubican.
«Al tiempo que se arreglen calles como Miguel Íscar o la Catedral se soterrarán los contenedores, pero no se instalarán en todos los sitios porque son muy caros», subrayó el alcalde. De momento, la única vía en la que se encuentran estos recipientes bajo tierra es Doctrinos.
El propio León de la Riva reconoció que los vallisoletanos «tienen una elevada conciencia medioambiental», pero dijo que en esto siempre «se pueden esmerar un poco más».
500 toneladas de pilas acumuladas
Desde hace cinco años las pilas que los vallisoletanos usamos y luego dejamos en los recipientes habilitados en la calle, las tiendas o en los colegios se han guardado en un almacén municipal, ubicado en la carretera de Santovenia, sin que desde entonces se haya procedido a su reciclaje, algo que sí sucedía con anterioridad a esa fecha. Parece ser que en unos días el Ayuntamiento y la Junta firmarán un acuerdo para que por fin puedan retirarse de este almacén, aunque el consejero de Medio Ambiente, Carlos Fernández Carriedo, señaló que sólo el 10% de las pilas, las de botón, son tóxicas.
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