Nuestros cerebros son más sensibles a los amigos que a los extraños

Un grupo de amigos, compartiendo una cena.
Un grupo de amigos, compartiendo una cena.
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Un grupo de amigos, compartiendo una cena.

Nuestros cerebros son más sensibles a los amigos que a los extraños, incluso si éstos tienen más cosas en común con nosotros que los primeros, según señala un estudio realizado por científicos de la Universidad de Harvard recogido por Tendencias 21.

Los investigadores examinaron una región del cerebro que se sabe está relacionada con el procesamiento de la información social. Los resultados obtenidos sugieren que las alianzas sociales pesan más que los intereses compartidos.

Concretamente, los científicos investigaron cómo la corteza prefrontal media y otras áreas del cerebro asociadas procesaban ciertas situaciones sociales. De esta forma, constataron que la actividad de dichas regiones cerebrales se incrementaba cuando la gente contestaba a preguntas sobre sus amigos.

Por el contrario, cuando los participantes fueron preguntados sobre personas desconocidas con las que compartían intereses no se detectaron diferencias en la respuesta de sus cerebros. Los investigadores concluyen que la cercanía social es más importante que las creencias compartidas cuando estamos evaluando a otros.

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