Árboles y ramas caídas, algún que otro poste de la luz que pendía de un hilo, señales tumbadas y algún que otro bajo inundado. Éstos fueron el martes los menos. Los bomberos se tuvieron que aplicar en la retirada de elementos derribados por el viento. Sólo entre la madrugada del lunes y las 18.00 horas del martes realizaron 336 servicios.

El temporal que desde la madrugada del domingo afecta a Catalunya dejó vendavales con rachas cercanas a los 100 kilómetros por hora y provocó fuertes oleajes, con olas de más de cuatro metros, en la costa de Barcelona, Tarragona y Girona. De hecho, tanto en Blanes como en Roses llegaron al paseo marítimo y provocaron daños de poca importancia en la última localidad.

En la capital catalana, el ayuntamiento puso en marcha el plan de emergencia de protección civil ante el temporal de viento. Entre otras medidas, incluía el cierre de los espigones. El consistorio también recomendó a la ciudadanía que retirara tiestos y otros objetos que pudieran estar en balcones y terrazas, así como recoger tendidos y mesas y revisar elementos como antenas, claraboyas o aparatos de aire acondicionado.

Además de Catalunya, otras ocho provincias de Aragón, Comunidad Valenciana y Baleares se encontraban el martes en alerta naranja debido a los fuertes vientos costeros.