Los alumnos que estudian carreras de la rama de  letras asumirán los cambios más profundos, de modo que algunas de las titulaciones se transformarán profundamente y otras, incluso, desaparecerán.

Las nuevas filologías

Así sucederá, por ejemplo,  con las filologías. La francesa, hispánica, inglesa o catalana pasarán a reagruparse en una sola titulación que se denominará lengua y literaturas europeas.

Otro tanto sucederá con la filología árabe, que se estudiará junto con otros idiomas para componer la exótica titulación de lengua y literaturas de Asia y África. «En estos casos concretos», ha explicado el profesor Víctor Domínguez, «habrá menor especialización y, por tanto, conocimientos más generales. Supongo que bajará el nivel académico».

Asimismo, desaparecerán titulaciones como humanidades e historia del arte. Estos estudios cuentan con 3.000 alumnos matriculados, el 10% de los estudiantes del campus.

Esta remodelación pretende unificar estudios para que todos los universitarios europeos accedan al mercado laboral en condiciones similares. La universidad del futuro entrará en vigor en el año 2010 y los primeros en demostrar su eficacia serán los actuales alumnos de segundo curso de ESO.

Más trabajo y menos exámenes

Las clases en el aula perderán protagonismo a favor del trabajo del alumno en casa, tutorías, equipo o investigación. Labores que servirán para evaluar a los alumnos de manera continuada. Cambia la concepción de los créditos universitarios,  que se focalizarán, de manera más directa, sobre el trabajo continuado del estudiante. La figura del licenciado será sustituida por un grado de tres años en el que se culmina parte de la formación y habilitará profesionalmente al alumno.