Golpe al tráfico de mujeres para su explotación sexual. Los Mossos d'Esquadra han desarticulado una red de proxenetas que extorsionaban a chicas a quienes obligaban a prostituirse a pie de carretera, a través de amenazas y maltratos físicos y psicológicos. Hasta el pasado viernes, la policía autonómica detuvo a 20 presuntos proxenetes, cinco de los cuales ya fueron arrestados en 2006 en relación con el asesinato de dos personas en Barberà del Vallès (Barcelona).

De hecho, el grupo usaba esta acción como "carta de presentación", según ha afirmado el jefe del Área de Crimen Organizado, Jordi Ollé. Así, hacían ostentación de la violencia para asustar a posibles grupos rivales y hacer crecer su ámbito territorial. Según la policía autonómica, esta banda es una de las que tenía mayor envergadura en Catalunya tanto por el número de mujeres que explotaba como por el territorio que tenían controlado. Sus dominios se extendían a carreteras del Vallès Occidental, Vallès Oriental, Barcelonès, Baix Llobregat, Garraf, Maresme, la Selva y Tarragona.

Las investigaciones arrancaron ahora hace un año, cuando una de las chicas coaccionadas, en Sabadell, pudo huir de sus captores y denunció los abusos a los que era sometida. También explicó que había llegado a Catalunya hacía un mes procedente de Italia, donde otro grupo la vendió por 13.000 euros.

"Usan técnicas mafiosas", ha aseverado Ollé, quien añadió que "las condiciones en que estaban las chicas eran totalmente deplorables". Ha precisado que las hacían trabajar en turnos de hasta 12 horas, les cobraban unos 150 euros por el "alquiler de l’espacio" donde ejercían la prostitución, les sacaban parte de la recaudación y les "imponían los precios de los servicios, entre 30 y 40 euros". Algunas de las chicas fueron víctimas de agresiones sexuales de clientes "y su proxeneta las obligó a seguir en la carretera".

De los 20 detenidos, 19 ya están a la prisión por orden del juez. Se les imputan delitos de lucro y coacción a la prostitución, inmigración clandestina, asociación ilícita, agresiones sexuales, tenencia de armas y tráfico ilícito de vehículos.

Además, hay seis órdenes de detención internacional para otros miembros de la red que, en el momento de la operación policial, estaban en Italia, Albania y Rumanía. Como mínimo, medio centenar de chicas, la mayoría rumanas aunque también hay albanesas, ucranianas y rusas, víctimas del grupo, han sido localizadas por los Mossos d'Escuadra. Las han citado para declarar, pese a que sólo cinco han denunciado a sus explotadores.

Muchas siguen todavía prostituyéndose. La mayoría de las mujeres, que tienen entre 18 y 35 años, vinieron engañadas a Catalunya. Algunas sabían desde su país de origen que ejercerían aquí la prostitución, pero, al llegar, "las condiciones no tenían nada a ver con el que habían pactado". A otras les mentían con falsas ofertas de trabajo de camarera, limpiadora o bailarina. Los proxenetes vivían en pisos lujosos y hacían grandes inversiones inmobiliarias.