Bromas aparte, los granadinos están de enhorabuena. Diez años después, «en plena madurez musical», Canciones para el primer día en la Tierra (Astro, 2005) los ha puesto «en boca de todo el mundo».
A la espera de ver qué ocurre mañana en La Iguana, donde los vigueses de Jugoplastika serán teloneros, Niños Mutantes no para de llenar locales con sus conciertos. Y sin adulterar la mezcla. «No vamos vendiendo la moto sino haciendo música. Nunca hemos querido darle a los medios lo que quieren: tipos muy monos que coquetean con el lado oscuro, historias de autodestrucción y actitudes rockeras».
En Vigo, dice el letrista de la banda, se sienten «en casa». Aquí grabaron su segundo disco y mezclaron el tercero. Desde entonces, algunas cosas han cambiado. Las fotografías emocionales han dado paso a las historias. Y aún le queda una por escribir: «La de un tío en paz consigo mismo y con el mundo».
Mientras espera, Juan Alberto sigue firmando melancolías. Y es que, explica, «la felicidad y la euforia no necesitan convertirse en canciones ni acabar en terapias de grupo».
* La Iguana. C/ Churruca, 14. Sábado, 00.30 horas. 12 euros.
Un disco sencillo a sencillo
Una bofetada a la industria, un guiño a los sesenta y una manera de quebrar la rutina. Así es como Juan Alberto explica la gestación de su último álbum. Y es que Canciones para el primer día en la Tierra (Astro, 2005) no es un LP al uso sino un recopilatorio de los sencillos que Niños Mutantes editaron a lo largo de 2004. Grabadas en distintos momentos y en lugares diferentes, las canciones se vuelven coherentes al hilo de la voz, de los temas y de la última obsesión de la banda: aparcar las fotografías emocionales para ponerse a contar historias.
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