El presidente del Govern, Francesc Antich, ha justificado su decisión "dolorosa" de continuar, a principios de la legislatura, con las obras del Hospital de Son Espases en la "necesidad perentoria" de disponer de un servicio "esencial para la salud de los ciudadanos".

Durante su intervención en el Pleno de Debate sobre Política General, Antich ha señalado que la ubicación del futuro hospital, cuyas llaves serán entregadas el próximo domingo al Govern, fue decidida por los anteriores responsables del Govern "en contra de buena parte de la ciudadanía, que entendía que iba en detrimento del entorno y favorecía importantes movimientos especuladores".

Pese a ello, ha dicho que a principios de la legislatura, tomó la decisión de continuar con las obras que entonces pensaba que sería "una de las más difíciles" de su mandato, pese a que, según ha indicado, después, ha tenido que adoptar otras que han sido "todavía más complicadas".

Sin embargo, ha insistido en que su postura de proseguir los trabajos estaba justificada en la necesidad de que Palma, Mallorca y Baleares debían contar con un nuevo centro sanitario y, a su juicio, "no se podía retrasar más su construcción", por lo que la decisión "exigía aplicación de valores, pero conjugados con pragmatismo".

Por esta razón, ha recordado que, una vez decidió continuar con las obras, se comprometió a modificar el proyecto, con el fin de que

el nuevo hospital fuera "un proyecto sin la menor oportunidad de especulación, así como respetuoso con el entorno ofreciendo los máximos avances en las prestaciones sanitarias".

Para ello, Antich ha apuntado que se comprometió a escuchar a los vecinos, con el objetivo de conseguir un proyecto de consenso para un servicio "de calidad". "Hoy, tres años después, tengo la satisfacción de decir que hemos cumplido, después de que el Consell de Govern aprobara multiplicar por cinco la superficie reservada de suelo rústico y forestal que rodea Son Espases y La Real", ha remarcado, al tiempo que ha destacado que también se ha modificado el proyecto para "reducir el impacto visual y las molestias a los vecinos".

Así, ha incidido en que el Ejecutivo balear ha trabajado "mano a mano con las entidades ciudadanas y con el Ayuntamiento de Palma y el Consell de Mallorca", de manera que "entre todos, hemos sido capaces de transformar un proyecto mal planteado en una oportunidad de mejora para el conjunto de la ciudadanía".

Finalmente, Antich ha subrayado que éste es el resultado de la manera de gobernar que piden los ciudadanos, "basada en el diálogo permanente, sosegado, laborioso y constructivo".