Por una parte, alguien filtró el examen al periódico El País, que publicó ayer varias  preguntas. Según el secretario autonómico de Educación, Máximo Caturla, es un hecho «puntual que no va a restar validez a la prueba».

Además, van a abrir una investigación para dar con el responsable y van a utilizar todos los mecanismos posibles para que no se filtren los resultados (se darán de manera global y no por centros, para no etiquetar los centros en función de la puntuación).

Pese a la filtración, 512 niños que no se examinaron ayer, por estar de excursión o por tener fiesta, harán la misma prueba hoy o el lunes.

Derecho desconocido

Otros 40 alumnos no se presentaron: 10 de Castelló de Rugat que no fueron a clase  y 30 del Cervantes de Buñol. En este centro, según las madres que llevaron a sus hijos al cole: «El inspector nos ha dicho que si entraban en clase la tenían que hacer, y nos los hemos llevado a casa». Además, negaron que unas madres impidieran el acceso a otras que sí querían hacer el examen, como afirmó ayer Caturla.

Por otra parte, hay que destacar que los padres que se negaron al control estaban en su derecho, ya que «podían decidir que sus hijos no lo hicieran».

Un extremo que, según la Confederación de Padres y Madres Gonzalo Anaya, los padres desconocían. Para la Conselleria, «es una prueba que forma parte de la actividad normal del centro y no tenemos obligación de comunicar este derecho».

Arnau López Llena. Ocho años.

«Ha sido una sorpresa, pero he visto en el periódico que lo han hecho muchos niños de España. Ha sido fácil, pero largo».

Pablo Guzman. Director de un colegio.

«Es bueno como herramienta externa de evaluación. Pero 14 páginas y dos horas es exagerado».

Mateo Cardona. Maestro.

«No están acostumbrados, su régimen de enseñanza es que el trabajo sea un juego. Están nerviosos y cansados».