Finaliza la agrupación estival de rebaños en Catalunya sin ataques de oso pardo

La agrupación estival de rebaños ha finalizado esta semana en Catalunya sin que se hayan producido ataques de oso pardo a las 35.000 ovejas y cabras que han participado este año en el programa, en el marco de una iniciativa que se sigue desde hace cuatro años en las comarcas pirenaicas.
Oso Pardo en los Pirineos
Oso Pardo en los Pirineos
DMAH CATALUNYA
Oso Pardo en los Pirineos

La agrupación estival de rebaños ha finalizado esta semana en Catalunya sin que se hayan producido ataques de oso pardo a las 35.000 ovejas y cabras que han participado este año en el programa, en el marco de una iniciativa que se sigue desde hace cuatro años en las comarcas pirenaicas.

El programa, que incluye a 50 ganaderos de las comarcas del Pallars Sobirà, Alta Ribagorça y Pallars Jussà —en la Val d'Aran es el Conselh Generau quien coordina a otros 30 pastores—, se inició en julio, y está enfocado a evitar la pérdida de animales por ataques de los plantígrados y perros salvajes en los meses estivales.

La iniciativa cuenta con la financiación del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, además de la Conselleria de Medio Ambiente de la Generalitat, y con la colaboración de la Federación Catalana de Ovino y Caprino (Fecoc).

La agrupación de rebaños permite disponer de vigilancia continua, y permite que el ganado pase la noche en cercados que impiden los ataques de osos, al mismo tiempo que se potencia el oficio de pastor.

Crece la población

El Pirineo cuenta con una población cercana a los 30 osos, de los que aproximadamente la mitad podrían haber pisado terreno catalán intermitentemente este año. La población se encuentra subdividida en tres zonas de las que solo el núcleo central contiene hembras y por tanto es reproductor.

La Conselleria de Medio Ambiente de la Generalitat de Catalunya y el Conselh Generau de Aran han confirmado el nacimiento de cuatro nuevas crías de oso pardo en los Pirineos durante el último invierno, lo que eleva a ocho el número de crías que han nacido en los últimos tres años. Sin embargo, los ataques a rebaños no han aumentado, afirma la Conselleria de Medio Ambiente.

Los cachorros de oso pardo nacen durante el invierno y durante el siguiente año acompañan a su madre para aprender a alimentarse y a valerse por sí mismos. Después de completar su primer año de vida e invernar nuevamente junto a su progenitora, abandonan progresivamente el seno familiar, lo que hace que la madre pueda volver a aparearse.

El oso pardo sobrevive en la actualidad en la frontera natural entre España y Francia gracias a la reintroducción de ocho animales procedentes de Eslovenia liberados en 1996, 1997 y 2006. La especie autóctona se extinguirá cuando mueran los dos últimos machos que viven.

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