El hombre acusado de intentar acabar a tiros con la vida de su mujer ha asegurado que disparó contra el domicilio que ambos compartían, en la zona norte de Granada capital, en un "acto de ira" ya que previamente habían estado discutiendo.

Así lo ha señalado ante el tribunal que lo ha juzgado este jueves en la Audiencia Provincial de Granada, donde además ha apuntado que aquel día, el pasado 11 de diciembre de 2008, no tenía intención "de hacer daño a nadie" y que todo fue un "impulso" después de que su mujer se negara a dejarle entrar en la casa y a darle dinero.

La Fiscalía, que inicialmente solicitaba 11 años de prisión para el inculpado, Francisco J.M.O., de 41 años, por un delito de amenazas graves, otro de homicidio en grado de tentativa, y otro de tenencia ilícita de armas, ha rebajado su petición de pena a nueve años, ya que considera que el delito de amenazas puede enmarcarse en el de tentativa de homicidio. Además, ha retirado la acusación contra un segundo, que se consideraba cómplice del presunto autor de los hechos, teniendo en cuenta que la Audiencia ya lo exculpó en un auto anterior a la fecha de la celebración del juicio.

Según ha relatado el único acusado, la noche anterior al día de los hechos fue hasta su casa para coger algo de dinero, pero la mujer le empezó a insultar y a acusarle de serle infiel e incluso comenzó a tirarle objetos, y uno de ellos llegó a herirle en una oreja. Así, tras la riña se fue con un amigo y su compañera sentimental a consumir todo tipo de drogas —heroína, cocaína y pastillas— y después se trasladó a un hospital para ser atendido.

Ya por la mañana, a las 7,00 horas, regresó de nuevo al domicilio, llamó a su mujer, que se asomó al balcón, y comenzó de nuevo a discutir con ella. En un momento dado, ella cerró las persianas y se dirigió hacia el interior de su casa y, como no respondía, Francisco tuvo un "impulso" y disparó tres veces contra la fachada del edificio. "Mi intención era quedarme en mi casa y coger algo de dinero. Tiré tres tiros, pero a la cornisa, no había peligro de que le diera", ha afirmado.

La mujer, que se casó después de lo ocurrido con el acusado en la cárcel, ha avalado la explicación de su marido y ha señalado que tras la pelea verbal que ambos tuvieron ella cerró las persianas y se fue a darle de desayunar a sus hijos. Entonces, oyó lo que creía que "podrían ser unas piedras", pero que resultó ser el sonido de los impactos de tres balas.

Según ha explicado, ella lo estaba pasando muy mal por esas fechas, porque habían despedido a Francisco de su trabajo y porque éste "se juntaba con una gente que sólo consumía drogas". "No me llegó a amenazar, sólo me pidió dinero", ha apuntado la mujer, que ha justificado su cambio en su versión con respecto a la que aportó en el juzgado de instrucción en que entonces estaba "muy nerviosa" porque se había tomado unas pastillas para la ansiedad.

También ha declarado en la vista oral un amigo del acusado que ese día lo acompañó en coche hasta el domicilio de su mujer. Según ha indicado, él no vio cómo disparaba su amigo hacia el edificio, y que Francisco sólo le dijo después de lo ocurrido que "había perdido la cabeza y que había pegado tres tiros al aire".

Los forenses que analizaron el cabello del inculpado para detectar posibles consumos de sustancias estupefacientes han explicado por su parte que la prueba dio positivo a consumo de cocaína, derivados del cannabis y alcohol en los tres meses anteriores a lo ocurrido.

Tras la declaración de vecinos y los policías que intervinieron aquel día, el juicio ha quedado visto para sentencia en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.

El acusado se enfrenta a 9,5 años de cárcel y el pago de una indemnización a su mujer de 6.000 euros por los daños morales ocasionados, según la petición de la Fiscalía. La defensa pide la libre absolución o, subsidiariamente, en el caso de que Francisco sea condenado, se tenga en cuenta la eximente de consumo de sustancias tóxicas.