La huelga para la actividad de Navantia y la construcción de la refinería de Repsol e incomunica Cabeza Beaza dos horas

Ni el Puerto ni el sector pesquero sufrieron apenas la huelga

La paralización de las obras de construcción de la nueva refinería de Repsol en Escombreras y de la actividad naval en Navantia se encuentra entre las principales incidencias de la huelga general en Cartagena, desde donde hoy no circuló ningún tren de Renfe y que registró el bloqueo de los accesos al Polígono Industrial Cabezo Beaza, entre las 6.00 y las 8.30 horas como principal consecuencia de la actividad de los piquetes.

Ni el Puerto ni el sector pesquero sufrieron apenas la huelga. En las instalaciones portuarias trabajaron 127 de los 175 empleados previstos, lo cual supone 20 menos de los que se preveía una vez cumplidos los servicios mínimos, según la Autoridad Portuaria. La misma fuente cifró en 29 las personas que acudieron a desarrollar su labor para la sociedad de Estiba, sólo dos menos de las previstas aparte de los servicios mínimos.

En Navantia, la actividad fue mínima, al cumplirse escrupulosamente los servicios mínimos, con un 10 por ciento de la plantilla activa, lo cual paralizó de facto las labores en la empresa. En la refinería de Repsol, fuentes de la empresa indicaron que la construcción de la nueva planta se paró al no suministrar trabajadores las 300 empresas contratistas encargadas de ello.

Sin embargo, los turnos de trabajo en la actual planta se habían cumplido ya en el de madrugada y en el de mañana, garantizando la normal actividad de refino.

Fuentes de la misma empresa indicaron que la actividad piquetero no fue virulenta y permitió que los accesos se mantuvieran despejados. Todo lo contrario a lo ocurrido en el Polígono Industrial Cabezo Beaza, donde se encuentran la lonja de verduras y otros centros de distribución de suministros.

El presidente de la COEC, Diego Illán, informó de que cuatro piquetes habían bloqueado desde las seis de la mañana "con grandes contenedores" los cuatro accesos al polígono. "Al parecer la Guardia Civil estuvo allí pero no hizo nada para que se levantara ese bloqueo.", indicó.

COEC se puso en contacto con CROEM que, s su vez, pasó la incidencia a la Delegación del Gobierno, lo cual surtió efecto, puesto que una nueva dotación de la Benemérita obligó a eliminar las barreras a las ocho y media.

Sin embargo, testigos presenciales indicaron que esas dos horas de bloqueo causaron largas colas en la A-30 y en la F-35 y obligaron a muchos trabajadores a aparcar en los laterales de este último vial para acudir andando a su empresa.

En las cercanías del polígono, la empresa de Autocares Meroño no pudo suministrar, a primera hora de la mañana, los autocares de los que dependen muchas rutas de los colegios y los transportes de empleados a varias empresas industriales.

El cierre de primera hora en los accesos a Cabezo Beaza puso en problemas a los comercios de alimentación, como los del Mercado de Santa Florentina, que abrió sin embargo el recinto a su hora y en el que fueron los establecimientos de venta de fruta y verdura y de panadería los más afectados.

Los de pescadería no tuvieron problema dado que la flota había salido en su totalidad a faenar -42 barcos- y la Cofradía de Pescadores tampoco registró seguimiento del paro.

En el sector comercial el Corte Inglés abrió sus puertas. En cuanto a los pequeños comerciantes, la huelga tuvo un seguimiento mayoritario pero desigual, como en hostelería, donde, eso sí, casi todos los establecimientos del Casco Antiguo permanecieron cerrados.

En cuanto al área rural, según COAG, la actividad agrícola y en las empresas de transformación agroalimentaria se ha desarrollado sin apenas seguimiento de la huelga.

En este sector cabe destacarse uno de los pocos incidentes del paro, al zarandear un piquete el vehículo del director de Recursos Humanos de la empresa Sogesol, de Torre Pacheco, cuando quería abrir las instalaciones a sus trabajadores. Los incidentes no fueron más allá.

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