El proyecto, denominado Trackss, consiste en instalar sensores por toda la ciudad (cámaras de televisión, radares...) y en los propios vehículos para conocer al instante la situación real de la red viaria (atascos u obstáculos en la calzada, por poner un par de ejemplos).

Estos sensores recopilarán toda esa información para que pueda ser consultada por los conductores (sabrán cuál es el camino más rápido para llegar a un determinado destino o qué calles están congestionadas).

Además, mejorará el transporte público, puesto que detectarán autobuses, ambulancias y demás vehículos de emergencia para, en los cruces, variar la frecuencia de los semáforos y agilizar así el desplazamiento de estos vehículos.

Dentro de aproximadamente tres años, los vehículos de gama alta llevarán estos dispositivos incorporados y, en un plazo de unos cinco años, «se notará un verdadero impacto en la vida cotidiana de los vecinos», según explica Antonio Marqués, uno de los responsables de la iniciativa.

Más seguridad para el peatón

El proyecto también mejorará la seguridad de los peatones, según anuncia el concejal de Circulación, Alfonso Novo. El edil explica que los sensores que llevarán incorporados los vehículos captarán la presencia de peatones (u otros obstáculos) y reducirán de este modo el índice de atropellos. Además, no se descarta que tanto los conductores como los peatones puedan recibir la información que precisen sobre el estado de la ciudad vía móvil (en los vehículos, también a través del navegador).