Tres hombres, de edades comprendidas entre los 29 y los 32 años, han sido detenidos en Bilbao por su presunta participación en varios delitos de estafa. Al parecer, los arrestados utilizaban cheques sustraídos a un empresario de Santander para efectuar compras de objetos de valor que luego revendían a particulares o en establecimientos de compraventa.

Según ha informado este sábado el Departamento vasco de Interior, la semana pasada el gerente de una empresa de maquinaria electromecánica de Bilbao interpuso una denuncia por estafa cometida por una persona que había acudido a su establecimiento con el fin de comprar productos para hostelería.

En función de su relato, el supuesto cliente realizó un contrato de compra de dos máquinas por un valor aproximado de 23.000 euros que serían entregadas días después. Tras formalizar el contrato, el individuo entregó un cheque por el valor de la mercancía adquirida y, antes de abandonar el comercio, se interesó por otra máquina valorada en 1.400 euros que, en este caso, se llevó y solicitó fuera añadida en el mismo contrato que las otras dos pendientes de recibir. La máquina fue introducida en el vehículo, donde le esperaban otras dos personas.

Días más tarde, el gerente de la empresa tuvo conocimiento de que el cheque con el que habían abonado la maquinaria había sido devuelto por constar como sustraído, por lo que interpuso una denuncia en la Comisaría de la Ertzaintza.

Los agentes encargados de la investigación realizaron las gestiones oportunas para identificar a los estafadores, que este viernes fueron localizados circulando en su vehículo por la zona de Bilbao La Vieja, donde procedieron a su detención.

La investigación realizada ha permitido a la Ertzaintza averiguar que, durante el mes de agosto, los detenidos habían sustraído varios cheques a un empresario de Santander que luego fueron utilizados para cometer las estafas. Los arrestados, según se ha podido constatar, habrían utilizado esta práctica en al menos tres ocasiones en Bilbao, Vitoria y Portugalete.

El método utilizado era similar en todos los casos, elegían un comercio de electrodomésticos, maquinaria u otras mercancías de cierto valor y efectuaban la compra de varios productos siendo abonados por adelantado mediante cheque bancario.

Tras formalizar el contrato, los estafadores se llevaban en mano alguno de los objetos comprados y después lo revendían a particulares o en establecimientos de compraventa de objetos usados por un precio muy inferior a su valor real. Los responsables de los comercios se percataban de que habían sido víctimas de una estafa cuando iban a hacer efectivo el cheque y les informaban que había sido anulado por estar sustraídos.

Algunos de los objetos vendidos en los establecimientos de compraventa han sido recuperados por los agentes y devueltos a sus propietarios o puestos a disposición del Juzgado de Guardia que se ha hecho cargo de las diligencias.