Y es que la Policía Local no pierde el tiempo. En los seis meses que detalla en el informe, sus agentes tramitaron 52.654 denuncias, a un ritmo de 12,2 a la hora. Claro que, al final, no todas van adelante: 4.939, o lo que es lo mismo, un 9,3% del total, acaban anuladas.
Recaudar tanto dinero, sin embargo, no es fácil para las arcas municipales. Para empezar, en los seis meses analizados, 577.431 euros se perdieron en las multas canceladas. Pero mucho más se quedó, al menos temporalmente, en el limbo del impago.
Cobrar es otra cosa
El Concello sólo consiguió cobrar el 33,9% de las sanciones en mayo, el 34,5% en junio, el 33,4% en julio, el 28,2% en agosto, el 27,1% en septiembre y el 22,4% en octubre. Al cabo de los seis meses, y contando con que el importe varía de una multa a otra, sólo se recaudaron 2,55 millones de euros, un 45,8% de lo previsto.
El cinturón sale caro
Las denuncias por no utilizar el cinturón de seguridad (5.455), estacionar en una zona reservada para carga y descarga (4.415), hablar por el teléfono móvil al volante sin dispositivo manos libres (3.698) y superar el límite de velocidad en 30 km/h o más (3.745) fueron las más frecuentes del periodo, aunque las hay hasta por no señalizar debidamente una maniobra.
Se estima el 59,2% de los recursos
Los ciudadanos, aunque no siempre, agotan los mecanismos legales a su alcance antes de pagar una multa. Por eso, entre mayo y octubre de 2005, el 15,7% de las sanciones impuestas por los agentes de la Policía Local (8.259) fueron recurridas u objeto de alegación. Claro que la suerte fue desigual. De las 6.586 (79%) reclamaciones admitidas a trámite por ser presentadas en tiempo y forma, el 59,2% (3.897) fue estimado por los técnicos de Tráfico. Las demás, un 40,8% (2.689), fueron rechazadas.
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