Un estudio propone la incorporación de nuevos cultivos para diversificar la agricultura

Un estudio impulsado por la Fundació del Mon Rural (FMR) propone la incorporación de nuevos cultivos originarios de otros países en tierras catalanas como la batata, la col china, el 'kumquats', el 'lichi' y la ocra para diversificar la agricultura y atender las nuevas demandas alimentarias de la población catalana.

Un estudio impulsado por la Fundació del Mon Rural (FMR) propone la incorporación de nuevos cultivos originarios de otros países en tierras catalanas como la batata, la col china, el 'kumquats', el 'lichi' y la ocra para diversificar la agricultura y atender las nuevas demandas alimentarias de la población catalana.

En concreto, después de analizar quince cultivos, la Fundación Mon Rural ha propuesto esto cinco como viables en las zonas regables del Alt y Baix Empordà, el Baix Camp, El Segrià y Terres de l'Ebre.

Esta es la principal conclusión del estudio 'Evaluación técnica y económica de nuevos cultivos demandados por el cambio de hábitos alimentarios en las zonas agrarias catalanas', que ha impulsado la FMR con la colaboración de la Universitat de Lleida (UdL).

El estudio pretendía detectar las nuevas oportunidades que tiene el sector agroalimentario catalán de producir alimentos originarios de países de los que proceden muchos inmigrantes.

El informe ha descartado por factores climáticos y de viabilidad económica cultivos como la yuca, el taro, el mango, la papaya o la guayaba.

La fundación ha presentado el informe este martes en la Escola de Capacitació Agrària de Mas Bové de Constantí (Tarragona) durante la jornada 'Inmigración y alimentación, nuevas oportunidades del sector agrario catalán'.

El acto, inaugurado por el director de la fundación, Francesc Cribillers, ha contado con la dietista nutricionista y secretaria general de Nutrición sin Fronteras, Joy Ngo, y con el responsable del mercado central de frutas y hortalizas de Mercabarna, Lluís Martín.

El rápido incremento de la población inmigrada —15% de los catalanes— ha generado una demanda de productos de otros países por partes de los inmigrantes y por los cambios de alimentación de otras personas, según el estudio.

El documento apunta también que las personas recién llegadas en muchos casos no pueden encontrar siempre todos los alimentos que emplearían en su dieta autóctona. Muchos cambian su dieta por que, en un 58% de los casos, no encuentran los productos que tienen en su país o en un 21% opinan que sus precios en Catalunya son más elevados.

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