Los cuatro mineros que hoy lunes han cumplido una semana en huelga de hambre y permanecen acampados en Ponferrada (León) frente a las oficinas del empresario Victorino Alonso para que les abonen las nóminas han perdido entre 4,5 y 7 kilos de peso.

Según confirmó hoy Severino Álvarez, uno de los que sigue en huelga de hambre, uno de sus compañeros perdió 7 kilos, hay otros dos que ha perdido 6 y un cuarto que pesa 4,5 kilos menos que hace ahora una semana.

Severino Álvarez asegura que después de siete días con esta medida de presión notan "un mayor decaimiento". "El ánimo es muy alto porque recibimos todos los días mucho ánimo, pero las fuerzas empiezan a faltar; tenemos dolores musculares y calambres", resalta este minero de 42 años.

Por otra parte, otros cuatro mineros, sin seguir la huelga de hambre, permanecen acampados también en Ponferrada frente a las oficinas del empresario minero Manuel Lamelas Viloria.

Las medidas de presión, -cuyo objetivo fundamental es que Bruselas permita a España la firma del Real Decreto que incentive el carbón nacional para ser quemado en las térmicas-, se mantienen también en la localidad leonesa de Tremor de Arriba, en donde 12 mineros siguen encerrados desde el pasado 6 de septiembre en el pozo Casares, a 200 metros de profundidad de la superficie.

Hoy, el resto de las plantillas mineras han dado otra tregua en los cortes de carretera. La normalidad ha sido absoluta y según el presidente del comité de empresa de Coto Minero Cantábrico, Francisco Aller, se están preparando para la marcha minera que mañana comenzarán en el valle leonés de Laciana 200 mineros.

La gran demanda de trabajadores para participar en esta marcha que tendrá como fin la capital leonesa ha obligado a los organizadores a sortear las 200 plazas para hacer a pie todo el recorrido.