Sin embargo, a pesar del retraso, los expertos consultados coinciden al señalar que el pico de gripe podría no pasar de largo y llegar en dos o tres semanas. Es poco probable, sin embargo, que ataque con tanta fuerza como el año pasado, según indica José Manuel Cucalón, médico presidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina General.

De hecho, es posible que se trate de una onda epidémica de escasa incidencia, similar a la que tuvo lugar en el invierno de 2000-2001, según señalaron fuentes del Departamento de Salud.

Mayor prevención

La demora en la llegada de la gripe puede deberse a diferentes causas, desde la climatología hasta la mayor cobertura que ha alcanzado la vacunación (ha llegado al 66% de los mayores de 65 años) o la mayor prevención de los zaragozanos.

El temor de muchas capas de la población a la expansión de la gripe aviar, aunque poco justificado, ha tenido el efecto positivo de propiciar también más medidas preventivas ante la gripe común.

Por ahora, la incidencia de la gripe es la más baja de los últimos años. «De todos modos, sería raro que no hubiera un pico, algo que sucede todos los inviernos», puntualiza Cucalón.

Lo mejor, evitar las urgencias

La gripe es una enfermedad de origen vírico cuya principal fuente de transmisión es la vía respiratoria. Una vez contraída, sólo pueden combatirse los síntomas y el enfermo debe esperar a que la enfermedad pase por sí sola. Los responsables del Salud recomiendan acudir a los centros de atención primaria y evitar en todo lo posible las urgencias hospitalarias. Los centros de salud abren entre las nueve de la mañana y las ocho de la tarde. En Zaragoza se puede acudir, además, a los puntos de atención continuada, que permanecen abiertos las 24 horas. Los niveles de protección que ofrece la vacuna son elevados y duraderos (de 6 a 12 meses) y resultan efectivos a partir de las dos semanas tras su administración.