Beatriz Carvajal: "Soy optimista y sé apreciar lo que me está dando la vida"

  • La actriz protagoniza junto a Magüi Mira El cerco de Leningrado, una obra de Sanchis Sinisterra.
  • Ha hablado con 20 minutos antes del estreno en Madrid.
La actriz Beatriz Carvajal.
La actriz Beatriz Carvajal.
Jorge París
La actriz Beatriz Carvajal.

Charlamos con una risueña Beatriz Carvajal antes del estreno en Madrid de El cerco de Leningrado, dirigida por José Carlos Plaza y de la que es coprotagonista.

¿Cómo afrontan el estreno de El cerco de Leningrado en Madrid?

Madrid da muchos nervios, un poco de vértigo, por exponerte a la prensa, los compañeros, la familia... Pero muy contentas, porque la obra la tenemos trabajada.

¿Impone más respeto que otras ciudades?

No. Magüi y yo respetamos muchísimo al público de cualquier sitio, que hayan sacado una entrada y se hayan metido a vernos. Aquí se reúnen más cosas, pero el respeto por el público es el mismo.

¿Cómo ha sido trabajar con José Carlos Plaza?

Con José Carlos ha habido sus más y sus menos. Yo creo que eso es bueno, que entre director y actores tiene que haber desajustes de formas de ver las cosas. Y el resultado ha sido espléndido.

¿Y con Magüi Mira?

Estar con Magüi es un regalo maravilloso. Hay una química fantástica, fuera y dentro. En el escenario es una actriz que admiro mucho. Hace mucho tiempo nos planteábamos si podríamos trabajar juntas y, fíjate, no es fácil que se dé, dependes de un productor, de un director, de un autor... Yo no quería hacer teatro mientras estuviera haciendo televisión; no quería sobrecargarme y había dicho que no a otras cosas. Pero cuando me llegó este proyecto con Magüi, dije: “Dios mío, yo no puedo dejar pasar esto”. Además, conocía el texto de Sanchis y me parece de lo mejor; e imprescindible ahora por las cosas que cuenta y cómo las cuenta.

El texto, sin embargo, tiene unos 16 años, ¿no?

Sí, pero es tremendamente actual. Habla de los valores, de conservar la ideología. El autor critica que se pierda eso, que todo el mundo se parezca, que la izquierda y la derecha se parezcan por momentos. Luego, está llena de humor, ese humor de Sanchis maravilloso, inteligente, irónico. Y de simbolismos.

¿Por qué valores ha valido la pena luchar para usted?

Yo defiendo, como Sanchis, la no-corrupción, la integridad. Profesionalmente, que la gente ame profundamente la profesión, que no tenga prisa, que sepa que se va a meter en la mejor escuela de la vida –el teatro, en definitiva, es el mejor testigo de la vida– y que ahí va a poder aprender mejor que en cualquier otro sitio.

En términos prácticos, ¿qué le supone compaginar la serie de televisión con la obra de teatro?

Un poquito de sacrificio, nada más. Estoy en una serie fantástica, con un reparto muy majo. Es bastante tranquilito, a lo mejor grabo, por capítulo, un par de días cada dos semanas. Y me quieren y me cuidan mucho, así que lo estoy llevando muy bien.

Se la ve feliz, desde luego...

Estoy muy contenta. ¿Qué puedo pedir? Mi vida, mi entorno, está medianamente en orden, mis amigos, mi familia... Y mi profesión. Estoy haciendo una de las obras más importantes que va a haber en la cartelera madrileña y una de las series más importantes que se van a estrenar en Televisión Española. ¡Como para quejarme! Con que simplemente mire al lado... Me tengo que levantar todas las mañanas riéndome y feliz, y así me levanto. Soy una persona muy optimista. Y sé apreciar lo que me está dando la vida, porque también me ha dado palos, en dos años perdí a mis padres. Tengo que ser consciente de que ahora mismo vida está bien, en orden, y de que tengo mucha suerte, de que soy una privilegiada.

A pesar de la crisis, al teatro le va bien. ¿Eso la anima?

Me da mucha alegría. Esta crisis nos está favoreciendo a los autores y a los actores porque se han dejado de hacer esos montajes con toboganes, columpios, montañas que bajaban y que subían..., cosas que favorecían nada más que al director. Se está volviendo al teatro intimista, de autor y de actor, y eso es fantástico. Por otro lado, con tanto audiovisual, se está valorando mucho el directo.

Un teatro de autor en el que el actor queda al desnudo...

Claro. En enero hará 46 años que yo empecé en esta profesión. No está mal (risas). Yo quería ser actriz de teatro. Y ahora los chavales no lo entienden, ellos quieren ser famosos. Están equivocados. Tienen que meter la cabeza en el teatro, baquetearse ahí, coger tablas, ahí es donde van a aprender. Por muy famoso que sea, un actor que no me pueda conmover en el escenario, para mí todavía es un actor a medias.

Entonces, la formación reglada...

Yo no sé de eso, no he ido a una escuela ni un curso, pero creo que está muy bien, que hay gente muy interesante. Cuidado, ahora por la crisis, todo el mundo se mete a dar cursos y no todo el mundo te puede enseñar. Para mí, la escuela ha sido el teatro y la vida. Lo poquito que sé se lo debo a eso y a la suerte que he tenido, desde muy jovencina, de trabajar con grandes de esta profesión. No se me podrá olvidar nunca doña Irene Gutiérrez Caba, don José Bódalo, don Antonio Ferrandis, María Dolores Pradera, doña Milagros Leal, Amparo Soler Leal, Guillermo Marín, Nuria Espert... De ellos he aprendido mucho. En esas funciones hacía cositas muy pequeñas y me ponía entre cajas a verlos, a deleitarme con esas interpretaciones.

¿Cómo la trataban?

Muy bien, como la niña, era la niña de las funciones. Profesionalmente, claro, no era valorada. Decían que hablaba bien, que decía las cosas con mucho sentido común, pero nada más, normal.

¿Podría haberse dedicado a otra cosa?

No, no, no. No creo. Tengo la suerte de llevar casi 46 años de profesión sin haberme tenido que dedicar a otra cosa. Bueno, me habría gustado, y lo he hecho mucho, cantar. Admiro mucho a los cantantes. Cuando hacía show, cantaba, y he tenido la posibilidad de cantar en muchas cosas musicales. A lo mejor me hubiera dedicado a la canción. Poca gente sabe que he cantado en el Festival de Benidorm (risas), en el año 72. ¡Fíjate la de cosas que hemos visto!, que dice mi amigo Rellán.

Vendrá al estreno, supongo.

Hombre. Si no, no estreno (risas).

¿Tiene en cuenta las críticas?

Si son buenas, mejor. Y si son malas, ¡qué mal día tenía el crítico! (risas). Hombre, estrenas para que a la gente le guste y tener buenas críticas es placentero; si son malas, en algo nos habremos equivocado a lo mejor.

¿Se atreve a pedir algo profesionalmente?

No. ¡Que me quede como estoy! Seguir así, sin dar muchos gritos. Estar en el sitio donde estoy, nada más.

Anime a nuestros lectores a que vean El cerco de Leningrado.

El cerco de Leningrado es posiblemente la función de Sanchis Sinisterra –autor de ¡Ay, Carmela!- más valorada, y de la que se han hecho más montajes en el mundo. Y es una comedia. Hace un tiempito que no nos ven en teatro ni a Magüi ni a mí; que vengan a vernos, que les aseguramos que se lo van a pasar bien. La función puede tener varias lecturas: quien quiera pasar un rato bien, lo va a poder hacer; y quien quiera ir más allá, también.

BIO

Madrid, 1949. Empezó como actriz hace casi 46 años. Tiene dos hijas. En 1972 cantó en el Festival de Benidorm. En la actualidad graba la serie Los misterios de Laura.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento