Los biólogos de Galicia lamentan los "enormes" incendios de Ourense por afectar a ecosistemas "de alto valor"

Defienden la relevancia del matorral, instan a planificar inversiones económicas en prevención y urgen evitar la erosión en zonas quemadas

El Colexio Oficial de Biólogos de Galicia (Cogba) ha lamentado el fallecimiento de dos brigadistas este verano —en un fuego en Fornelos de Montes (Pontevedra) y los "enormes" incendios registrados en la provincia de Ourense, de los que ha asegurado que afectaron a ecosistemas "de alto valor ecológico: tanto arbolados como rasos".

En un comunicado, los biólogos gallegos han realizado una reflexión sobre la "importancia" de los fuegos declarados en la época de máximo riesgo de incendios, ante la proximidad de la fecha en la que, habitualmente, concluye —el 30 de septiembre—.

Este colectivo profesional ha considerado que la gestión forestal en la comunidad "debe contemplar siempre" el "elevado" riesgo de fuegos y "planificar inversiones económicas en tareas de prevención" para tener un patrimonio biológico "de mayor calidad" y "más diversificado".

Al respecto de los incendios producidos en la provincia ourensana, han recordado que en las evaluaciones oficiales se destacaron los efectos en las plantaciones y en los ecosistemas arbolados, mientras se reducía la importancia del matorral.

En este punto, han defendido que los sistemas arbolados son importantes "pero no siempre tienen alto valor biológico o ecológico, sino comercial". Por el contrario, han insistido en que los ecosistemas arbustivos tienen un valor ecológico y de conservación de suelos y especies de similar o el mismo valor.

Como prueba, han aludido a que muchas de las zonas afectadas por el fuego este año "aparecen en directivas europeas" como comunidades de interés comunitario; además de en publicaciones y listados que la Xunta publica como Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), incluídos en espacios de la Red Natura.

Tareas urgentes para evitar la erosión

Los biólogos gallegos han instado a emprender tareas "urgentes" en los ecosistemas incendiados para evitar la erosión del suelo que, prevén, se producirá en octubre. No obstante, reconocen que estas actuaciones son caras y poco efectivos, a veces contraproducentes, y, por ello, indican que deben restringirse a las zonas de mayor riesgo de erosión.

A continuación, han recomendado impulsar labores de restauración forestal, aunque "sobre criterios sensatos". En ese punto, se han referido a actuaciones realizadas en áreas incendiadas mediante la quema de la vegetación natural regenerada con glifosato y la creación de un subsolado agresivo para la plantación posterior de robles y pinos.

Sobre esto último, han considerado la combinación de las dos especies arbóreas de "absurda" y "antinatural". A su juicio, las especies que se introduzcan deben ser "apropiadas" a cada una de las zonas. En concreto, han recomendado primar las especies arbóreas y arbustivas autóctonas, con tareas previas de preparación de material biológico y criterios de restauración que tengan en cuenta el cambio climático.

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