Ilegales se despide de Asturias con casi tres horas de concierto ante una abarrotada plaza de la Catedral

Los Ilegales ya no tocarán más en Asturias. "No es una tragedia, sólo es el final". Al menos eso dijo Jorge Martínez ayer, antes de los bises. Mucha gente no se lo cree. Las expresiones de escepticismo se multiplicaron entre el público al realizar el anuncio. Pero por si acaso va a ser verdad, nadie se quiso perder la teórica despedida.

Los Ilegales ya no tocarán más en Asturias. "No es una tragedia, sólo es el final". Al menos eso dijo Jorge Martínez ayer, antes de los bises. Mucha gente no se lo cree. Las expresiones de escepticismo se multiplicaron entre el público al realizar el anuncio. Pero por si acaso va a ser verdad, nadie se quiso perder la teórica despedida.

A eso de las once y media, las gorras y sudaderas de colorines de los raperos que habían vibrado con SFDK en el escenario fueron dejando paso a la pluralidad que ha seguido a los Ilegales durante las últimas tres décadas: padres, hijos, abuelos, punkis, alternativos, heavys, pijos. Todos se dieron cita para ver la última llamada de Jorge Martínez, Alejandro Blanco y Jaime Belaustegui desde un escenario asturiano.

Con 'Yo soy quien espía los juegos de los niños' se desataron las ganas del personal de verlos en directo, y dio comienzo un recital que dejó satisfechos a propios extraños, con un sonido impecable, y una entrega de los músicos tal, que parecía tratarse de una de sus primeras actuaciones y no de una de las últimas. El propio 'Jorjón' pegó un par de saltos de adrenalina e intercambió gestos emocionados de complicidad con sus compañeros al acabar algún tema.

La primera parte del concierto fue la más clásica. El trío desgranó allí los más míticos temas de su repertorio: 'Hacer mucho ruido', 'Tiempos nuevos', y como no, 'Agotados de esperar el fin', muy apropiada para la ocasión que se presentaba.

La segunda hora el ritmo bajó, y Jorge se tomó su tiempo para "calentar" y "hacer chillar" a sus guitarras, en temas como 'La Casa del Misterio', 'Enamorados de Varsovia' o 'La Chica del Club de Golf'. Mención especial mereció 'Ángel Exterminador', para la que recuperó a Juan Flores al saxo y a Xuan Zem a los teclados y al vibráfono.

Con 'Vuelven los problemas' o 'Hola Mamoncete' fue recuperándose la marcha más roquera de un concierto que, contra todo pronóstico, no acabó con 'Destruye'. Tras el ya tradicional pupurri de 'Tiempos nuevos' y 'África Paga', las miles de voces reclamando 'otra' obligaron a subir el telón de nuevo y dedicar un bis que se prolongó más allá de las dos y media de la mañana, para concluir con un emotivo aplauso y un inmejorable sabor de boca en todos los presentes.

¿Todos? No. Al que se le ocurrió tirar la botella al escenario ya se encargó jorge de amargarle el trago públicamente, acordándose de sus seres más queridos. Y es que después de 30 años, el vocalista ilegal sigue siendo un macarra.

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