El Plan Especial de la Red de Sendas y Caminos del Litoral (PESC) de Cantabria diferencia los elementos de interés natural, artístico, arqueológico, etnográfico, conjuntos mineros de la costa, etc.

Su incorporación en la caracterización de los recorridos se plantea como un complemento excepcional, según consta en la memoria del Plan, aprobado definitivamente por el Consejo de Gobierno de Cantabria el pasado 26 de agosto.

La memoria, consultada por Europa Press, destaca que los trazados que propone el Plan Especial de la Red de Sendas y Caminos del Litoral no son meras líneas de comunicación que surcan el territorio, sino que forman en conjunto una malla de relaciones y vínculos que aglutina otros puntos de interés: los elementos patrimoniales.

Estos elementos se recogen en un inventario que reconoce la importancia de los edificios singulares como hitos territoriales, al tiempo que valora su protagonismo en el paisaje y su papel histórico como elementos articuladores del territorio.

Además de los edificios más significativos desde el punto de vista artístico e histórico, el Plan Especial identifica las construcciones que juegan un papel destacado como hitos visuales o conceptuales. También se han incluido en el inventario aquellos tramos de los caminos que conservan parte de las cualidades originales, el pavimento o encachado, los muros laterales de cierre, un perfil enterrado, etc.

La memoria precisa al respecto que este trabajo de inventario debe considerarse como un primer catalogo que deberá ser ampliado, mejorado y actualizado por el planeamiento municipal.

Según se destaca en la memoria, esta concepción dinámica del inventario es especialmente necesaria en el caso de los yacimientos arqueológicos. Así, y dado que la franja costera de Cantabria ha sido y es el territorio más densamente humanizado y urbanizado de la región, es posible que se produzcan nuevos hallazgos de materiales arqueológicos, e incluso de nuevos yacimientos.

Por este motivo, los proyectos de ejecución de las sendas, que se sitúen en zonas con yacimientos arqueológicos cercanos, y cuyas obras pudieran afectar a un nuevo descubrimiento, deberán incorporar un estudio arqueológico y un plan de medidas de seguimiento durante su ejecución.