Pero mejor empezar por el final. Su último disco, El hombre invisible, es una reconciliación consigo mismo después de un tiempo de dudas y reveses por parte de las compañías discográficas. Buena prueba de ello es el Manifiesto liberación, que está en su página web (www.kikoveneno.net) y en el que, sin pelos en la lengua, habla de las reglas no escritas del negocio.
En esa misma web, el artista comenzó una especie de diario en el que narraba el proceso de gestación de su nuevo y último disco. Confesiones, reflexiones e ideas contadas a la par que iban surgiendo con una cercanía natural y sinceridad absoluta.
* Auditorio de Ceutí, calle Vicente Martí, 36. Hoy a las 22.00 horas. Entradas a 12 euros.
Ahí viene el Lobo López...
Kiko Veneno, por encima de todo, es un músico hecho a sí mismo.
Escribió Volando voy para Camarón, grabó con Raimundo Amador un disco en 1977, Veneno, que acabó siendo un clásico indiscutible que ha creado escuela. Volvió en los noventa con discos memorables y sigue en la brecha, exigiéndose tanto o más que el primer día, y defendiendo sus canciones en directo con el corazón.
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