La Fiscalía de Sevilla ha elevado a definitiva su petición de 21 años de cárcel para el hombre acusado de asesinar en febrero de 2009 a su mujer, a la que habría asestado hasta once puñaladas en su piso de la barriada de Los Pajaritos, tras lo cual intentó quitarse la vida tirándose por la ventana de la vivienda.

En este sentido, fuentes del caso han informado a Europa Press de que el representante del Ministerio Público ha solicitado finalmente para el procesado 18 años de prisión por un delito de asesinato; dos años de cárcel por el delito de maltrato habitual, y un año por otro de lesiones. El fiscal considera que el procesado usó un cuchillo de cocina y asestó a su mujer once puñaladas en la zona de cuello y tórax mientras ella se encontraba adormilada en la cama de su habitación, en el piso donde vivían.

De su lado, y según han precisado las mismas fuentes, la acusación particular también ha elevado a definitiva su petición de 28 años de cárcel para el procesado, que se concretan en dos por maltrato habitual, uno por lesiones y 25 por asesinato, agravado por el parentesco de la víctima, solicitando además el pago de una indemnización de 150.703 euros para cada uno de sus hijos y otra de 13.004,69 euros para cada padre de la víctima.

Durante la celebración esta semana del juicio en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla, el acusado ha dicho que "cree" que la mató con un cuchillo y ha precisado que no recuerda concretamente cómo sucedieron los hechos, pues ese día, el 9 de febrero de 2009, había consumido gran cantidad de cocaína y de alcohol.

El imputado, que fue recibido por familiares de la víctima al grito de "asesino" y "perro", ha señalado que el día de los hechos mantuvo una "fuerte" discusión con su mujer durante la cual ésta última le dijo que "el policía folla mejor que tú", lo que fue el "detonante" para que el imputado fuera a la cocina y cogiera un cuchillo con el que la mató.

"perdió la cabeza"

En este sentido, el procesado relató en su declaración judicial que cogió "el primer cuchillo que encontró" y a partir de ahí "no se acuerda de nada más", porque "perdió la cabeza". Así, señaló que "una vez que recuperó la conciencia, ella estaba muerta y él al lado lleno de sangre", mientras que el cuchillo se encontraba en la mesa de la habitación.

El acusado relató cómo, después de esto, intentó suicidarse utilizando un secador dentro de una bañera con agua y, posteriormente, tomándose "todas las pastillas que encontró en el botiquín", pero no consiguió su objetivo, por lo que, al día siguiente, telefoneó al servicio de emergencias del 112 para anunciar que había matado a su mujer y que él se iba a tirar por la ventana del cuarto piso donde vivían, como así hizo.

"Había matado a mi mujer, por lo que yo me tenía que matar también", según prosiguió el acusado durante su declaración, quien explicó que las discusiones con su mujer estaban motivadas "siempre" por su consumo de cocaína y no por celos, aseverando que las denuncias por maltrato interpuestas por su pareja "son meras invenciones". "Nunca le he hecho daño ni le he agredido", apuntó.