Cómo enloquecer por Amanda Seyfried

Después de probar la comedia adolescente, el drama indie, el musical, el terror post-irónico, el romance empalagoso, el cuento de hadas crepusculizado y la distopía de ciencia-ficción, Amanda Seyfried estrena Sin rastro, un thriller psicológico donde ella es la única que puede encontrar a su hermana secuestrada antes de que sea demasiado tarde. Eso no es todo, porque para el futuro inmediato prepara su regreso al género musical de gran envergadura (Les misérables) e incluso una incursión en el biopic porno (Lovelace). Si con ese currículum no consigue llamar tu atención, repasa los siguientes motivos para caer de lleno en el hechizo de Amanda Seyfried.

Se disfraza de ratón

Uno de los axiomas de la imprescindible Chicas malas (2004) es que en Halloween cualquier chica puede vestirse como una zorra y nadie tiene derecho a criticarla. Amanda se presentó para el papel de bitch que al final clavó Rachel McAdams. Después pasó a ser considerada para la protagonista (uno de los útlimos trabajos de la auténtica Lindsay Lohan) y, al final, se quedó con el puesto de secundaria robaescenas como la encantadoramente mononeuronal Karen.

Es el motor de Veronica Mars

Vale, puede que el título de Laura Palmer de los 2000s le quede excesivamente grande, pero sin el asesinato de su mejor amiga, Lily Kane (interpretada por Amanda en flashbacks que nos recuerdan lo guay que era), Veronica Mars (Kristen Bell) no habría tenido nada que investigar.

Se sabe juegos de piscina

Aunque aquí no hemos venido a ver a Amber Heard beber a morro de una botella, entendemos que no quieras avanzar obligatoriamente el vídeo hasta el minuto 1'50". Pero bueno, es a partir de ahí cuando verás cómo Amanda y Amber le enseñan a Anton Yelchin cómo se juega de verdad a "Marco Polo" en Alpha Dog (2006).

Canta y baila canciones de ABBA

Salir airosa y con la fama refortalecida de una película como Mamma Mia! (2008), basada en el musical compuesto por canciones del famoso grupo musical sueco, requiere un grado de maestría y autodominio sólo reservado a deidades como Meryl Streep... o a Amanda Seyfried, que lo hizo fenomenal como su hija y, además, demostró que lo de cantar no se le da nada mal.

En Big Love demostró que es una gran actriz

La serie polígama de la HBO le sirvió para crecer como intérprete y fortalecer su registro dramático. Ganó protagonismo a medida que pasaban las temporadas, pasando de ser un personaje secundario (es la primera hija del primer matrimonio de Bill Paxton, con Jeanne Tripplehorn) hasta una presencia primordial. Abandonó la serie al final de la cuarta temporada para centrarse en el cine.

Ha besado a Megan Fox y a Julianne Moore

Podemos decir que, tanto si eres más de morenas (Megan Fox en Jennifer's Body) como de pelirrojas (Julianne Moore en Chloe), en 2009 los labios de la actriz estuvieron donde a ti te habría gustado colocar los tuyos.

Hace más llevaderas las pasteladas

Su recurso en Cartas a Julieta (2010) es desarmar al enemigo ensayando distintas variaciones de cara de pena. Si le toca una adaptación de Nicholas Sparks (peligro naranja), como Querido John (2010), se saca la guitarra y hace un apaño. Bueno, pensándolo bien, será mejor que no le tengamos ninguna de las dos muy en cuenta.

Le sienta muy bien el rojo

Puede que Caperucita Roja (2011) no fuera ninguna maravilla, o siquiera una película que merezca la pena ser recordada más allá de su condición de sucedáneo damnificado por la fiebre Crepúsculo que asola al cine fantástico para adolescentes... pero no habíamos visto a nadie llevar de forma tan sexy una caperuza roja desde Estella Warren.

Hace cosplay de Anna Karina

Sólo con eso ya debería ser suficiente. Por si no es así, hay más razones sacadas de In Time (2011). Ya sabes que "lo único que se necesita para hacer una película es una chica y una pistola".

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