"Nunca nos imaginamos que 'Mamma Mia!' pudiera estar en cartel seis años"

Nina vuelve "con mucha emoción" a protagonizar 'Mamma Mia!'.
Nina vuelve "con mucha emoción" a protagonizar 'Mamma Mia!'.
Jorge París
Nina vuelve "con mucha emoción" a protagonizar 'Mamma Mia!'.

Dicen que no hay ninguna actriz que haya estado tanto tiempo haciendo una misma obra, lo que ella ve como "un pequeño reto". Desde el miércoles, Nina vuelve a ponerse al frente del elenco de Mamma mia!, que regresa a Madrid.

¿Con qué ánimo afronta la vuelta Madrid?

Con mucha emoción, porque aquí empezó todo. Aunque hubiéramos pensado que este Mamma mia! iba a ser un éxito tan grande como en Londres o en Nueva York, nunca nos hubiéramos imaginado que pudiera estar en cartel seis años. Volver a esta ciudad contando con los millones de personas que lo han visto es insólito y hay que valorarlo.

Y ahora que sí podemos hablar de éxito, ¿cuál diría que es su secreto?

Hay unas grandes canciones conocidísimas, pero la columna vertebral del espectáculo es la historia. A partir de ahí, todo es trabajo de los departamentos artísticos, que trabajan con mucho rigor y oficio. La gente sale con ganas de repetir una y otra vez, eso quiere decir que todo está muy bien hilvanado.

¿Más con el paso de los años?

Sí, éste es un musical que nunca se deja de cuidar. Los equipos artísticos ingleses (de sonido, vestuario, coreografía…) vienen a visitarnos para asegurarse de que el espectáculo está en las condiciones que el espectador se merece. Además, tenemos un director residente, que siempre ve la función y está constantemente corrigiendo todo aquello que es susceptible de corregirse.

En una carrera tan consolidada como la suya, ¿qué supone este trabajo?

Yo no tengo la sensación de tener una carrera tan consolidada, sino de ir pasito a pasito. Pienso, precisamente, que Mamma mia! va a contribuir a que empiece a consolidarse mi carrera. Ya es muy importante para mí y seguramente cuando pasen los años lo podré ver con aún más claridad, recogeré los frutos de estar sembrando durante seis años. Me dicen que no hay ninguna actriz que haya estado tanto tiempo haciendo una misma obra de teatro, eso también es un pequeño reto para mí.

Me sorprende que hable de inicios cuando todo el mundo la conoce y valora su trabajo.

Sí, pero una cosa es la percepción que tienen las personas de ti y otra cómo tú te sientes en la vida. Yo no siento que ya haya hecho todo. Esta carrera nunca está consolidada, se puede caer en cinco minutos. Es difícil porque llevo 27 años, llevo las riendas de mi carrera y no dejaría que nadie la tirara por la borda, pero puede pasar. Este oficio se caracteriza por la inestabilidad. De repente puedes estar de moda y de repente te pueden olvidar. Y está bien, porque hace que no te duermas.

No necesita a nadie para tener los pies en la tierra…

Mis padres me ayudaron mucho a tener esta actitud. Eran unas personas humildes. Cuando has vivido eso en tu casa, sabes que lo normal es esforzarte por conseguir las cosas. Esos valores que hoy en día son tan buscados, hay una generación que, por suerte, los hemos mamado.

¿Cómo es un día suyo de trabajo?

Para los demás, muy aburrido (risas), para mí, muy necesario. Duermo todo lo que puedo y me dejan las camas de los hoteles. Me levanto, desayuno y voy a entrenar. Como, intento llevar una comida muy natural, sana, nada pesada. Y para el teatro. No hago nada más.

Todo muy cuidado…

Y más cuanto mayor te haces. Aunque los jóvenes también deberían cuidarse, porque las lesiones siempre llegan. Nosotros somos atletas de la voz, y la voz necesita todo el cuerpo para existir. Si no hay fortaleza, agilidad, flexibilidad… el sonido se resiente. Pero cuando eres joven haces muchas locuras, porque todo lo aguantas.

¿Cuál es el mayor elogio que ha leído por su trabajo en Mamma mía!?

Más que elogios, historias personales. Unas semanas después de actuar en Valladolid, un señor me escribió diciendo que cuando había venido a ver el espectáculo estaba muy hundido a nivel personal y profesional y al escuchar El ganador tomó la decisión de coger las riendas de su vida. Me impresiona que tengas la posibilidad de hacer que alguien cambie. A mí me ha pasado también escuchando una canción, viendo un espectáculo… Pero cuando tú eres el responsable de eso, te parece increíble.

¿Cómo es como espectadora de espectáculos?

Muy mala. Los actores valoramos muchísimo el hecho de que un espectáculo se ponga en pie, y creo que somos muy generosos aplaudiendo el trabajo de los compañeros. Pero, sobre todo cuando veo un musical, estoy muy pendiente de los efectos técnicos ¡y me pierdo la historia! Sólo una vez me ha pasado todo lo contrario, con Billy Elliot, y eso que no entendía muy bien porque hablaban un inglés difícil. Me quedé absorta y me hizo llorar mucho, me emocioné mucho viendo tanto talento.

¿Cómo piensa compaginar OT con Mamma mia!?

Con tranquilidad, unos días aquí y unos días allí, no tiene más secreto, es una cuestión de organizarse. No me preocupa. Al contrario, me ilusiona estar en OT de nuevo y no tener que desvincularme de Mamma mia!

¿Nunca pensó: “no tengo necesidad de meterme en este berenjenal”?

Mis necesidades siempre son artísticas. Cuando me plantearon volver a OT, tenía muy claro que no quería dejar Mamma mia!; le debo mucho y me encantaría llegar hasta el final. Si hubiera tenido que escoger, no sé qué hubiera hecho. Volver a OT con la experiencia acumulada durante estos nueve años, por otro lado, es un regalo maravilloso. Me ilusionan las dos cosas.

¿Podría ganarse el pan sin ser artista?

Sí. Para mí subir al escenario no es lo más importante. Quizá porque lo he hecho 27 años y porque estoy en un punto de mi vida en que me interesan otras muchas cosas. Dirijo un centro de entrenamiento de voz y cuerpo y en un futuro me veo más allí entrenando a otras personas que en un escenario. Me encanta la gestión, la producción …

¿Y para el tiempo de ocio?

Caminar es lo que más me gusta: hacer senderismo, subir montañas… Me gusta la naturaleza. He hecho el Camino de Santiago dos veces y estoy deseando volver a hacerlo. Y me gusta mi tierra, estoy enamorada de Cataluña, cada vez más. Y me ha encantado en esta gira conocer muchas ciudades de España y disfrutar de cómo son sus gentes. No necesito irme lejos.

Si pudiera cambiar algo de su trayectoria profesional, ¿lo haría?

No. Las cosas que serían susceptibles de cambiarse son las que me han hecho aprender. De las cosas positivas también he aprendido, pero sobre todo de las negativas. No cambiaría nada y no me arrepiento de nada.

Si pudiera pedir un deseo profesional…

Tener la tranquilidad y la libertad de escoger lo que hago. No pienso en un proyecto en concreto, hay muchas cosas. Pero cuando lleguen me gustaría tener la libertad de escoger.

¿Hasta qué punto pesará la compensación económica?

Esto no está compensado. Los momentos que te pierdes de tu vida y de tu familia, eso no te lo puede pagar nadie en el mundo. Y aunque te los pagasen, daría igual, porque esos momentos ya no los vas a recuperar.

¿Eso es lo peor de su profesión?

Para mí, sí.

¿Y el aspecto social?

No, porque eso lo decide uno. Yo voy donde tengo ganas de ir. Y en ese sentido no me prodigo mucho, no es mi estilo. La gente puede verme cuando me subo al escenario. En fotos, en fiestas, me verá poco. Y mi trabajo tampoco me lo permite: no puedo estar en sitios de humo, con decibelios… ¡No cantaría ni una nota!

¿Qué les exige a los que trabajan con usted?

A veces, demasiado (risas). Los valores de los que te hablaba antes: sobre todo, amor por el oficio y respeto. Yo a veces también lo pierdo, al ser poco flexible. Pero creo que no podemos perder la dignidad profesional, hacer las cosas con rigor.

En la suerte no cree, ¿verdad?

La suerte, que te pille trabajando.

¿Es cierto que los jóvenes sí piensan más en la suerte que en el esfuerzo?

Bueno, la generación de la era digital lo tiene a todo a un golpe de clic, y es cierto que hay una tendencia a querer resultados muy rápidos, y la vida no es esto.

Hablando de clics, ¿es usted de nuevas tecnologías?

Totalmente. Soy adicta a Internet, es la única adicción que tengo: no fumo, no bebo… Bueno, ésa y la comida, me encanta comer. Soy protecnología. Estudio a distancia Filología Catalana y, hasta hace un año, también estudiaba a distancia Logopedia, que a partir de ahora va a ser presencial.

¿De dónde saca tiempo para todo eso?

De donde puedo. Es una cuestión de organizarse. También paso lo mío, no creas; pero es que si no te comprometes a hacer algo, nunca lo haces.

¡Menuda capacidad!

No, qué va. Todos somos capaces.

¿Quién le dio una oportunidad?

Mis padres. Si no hubiera sido por ellos, no estaría cantando. Tenía 16 años cuando empecé. No tenía medios para viajar yo sola, no podía empezar a cantar en lo que me ofrecieron: una orquesta. Pude gracias a ellos. Me acompañaron a cada pueblo, a cada bolo, a cada actuación.

Anime al público a ver Mamma mia!

Por si hay alguien que aún no esté convencido, le diría que si quiere vivir algo único que no va a olvidar fácilmente y que le va a hacer sentir inmensamente feliz, que venga a vernos. Luego me lo cuenta (risas).

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