Las fuertes lluvias en el oeste de Guatemala han causado 45 muertos, la mayoría enterrados por cerros y peñascos que se han desprendido. En uno de esos aludes, las continuas precipitaciones obligaron a los equipos de socorro a suspender los trabajos de rescate de las decenas de personas que quedaron enterradas por un alud de lodo y piedras, informaron fuentes locales.

El portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), David de León, dijo que "los cuerpos de socorro decidieron suspender los trabajos de rescate debido a las fuertes lluvias".

"Los socorristas permanecerán en el lugar, pero es difícil que reanuden hoy el trabajo de rescate porque se reduce la visibilidad y eso incrementa el peligro", precisó De León. Toneladas de lodo y rocas cayeron en la noche del sábado sobre el kilómetro 171 de la carretera Interamericana, en la Cumbre de Alaska, del departamento de Totonicapán.

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) informó este lunes en su último informe de que 16 personas permanecen enterradas en esa zona, la mayoría habitantes de las comunidades vecinas que participaban en el rescate de tres vehículos sobre los que había caído un primer derrumbe horas antes.

La Conred también informó de que 43.000 personas se encuentran en riesgo, cifró en 55 los heridos, y en 254 los damnificados. En las últimas 48 horas, las autoridades de Protección Civil han evacuado a 11.495 personas hacia lugares seguros, y 9.303 han sido albergados en 94 refugios temporales.

Las lluvias han dejado destrucción de puentes y carreteras, más de 80 derrumbes de diferentes magnitudes, destrucción de cultivos agrícolas e inundación de centenares de viviendas.