La Autopista Autonómica, ARA-1, ha alcanzado este mes de julio un tránsito de 67.002 vehículos ligeros y 27.746 vehículos pesados, volúmenes que suponen el mayor registro de este año. Estas cifras, sin embargo, son inferiores a las registradas en julio de 2009, cuando registró el paso de 86.785 vehículos ligeros y 40.134 vehículos pesados.

El tránsito diario durante el mes de julio ha sido de 2.061 vehículos ligeros y 895 vehículos pesados, volúmenes de tráfico que, aunque confirman una recuperación en la intensidad media diaria de circulación, quedan lejos de las cifras alcanzadas el año pasado, 2.799 vehículos ligeros y 1.294 pesados.

El mes de julio ha supuesto el mejor registro en lo que va de año, superando al pasado mes de marzo, que ostentaba la mayor circulación de vehículos ligeros, con una cifra de casi 63.000 a lo largo de todo el mes. En lo que se refiere a vehículos pesados, la autopista registró en marzo el paso de 31.331 camiones.

Según el director general de Carreteras del Gobierno de Aragón, Antonio Ruspira, esta evolución pone de manifiesto que "los cálculos de tráficos se hicieron cuando la situación económica era completamente distinta a la que se da ahora".

"La crisis ha hecho que uno de los sectores más afectados sea el del transporte", ha explicado Ruspira, y ha añadido que "la actual situación económica se percibe de forma inmediata en los tráficos, a pesar de que en este caso sea un peaje en sombra".

Primeros dos años

La autopista autonómica tiene 5,2 kilómetros de longitud y acaba de cumplir sus dos primeros años de existencia. Su trazado discurre desde la carretera N-II, entre las poblaciones de Villafranca de Ebro y Nuez de Ebro, hasta la carretera N-232 en su enlace con la A-222, en el Burgo de Ebro. Además cuenta con un enlace con la AP-2.

Respecto a las estructuras diseñadas destaca el viaducto de cruce del río Ebro, con una longitud total de 400 metros, que supone un gran ahorro de kilómetros en algunas rutas. La inversión en esta infraestructura ha superado los 54 millones de euros.

Esta autopista es de gran importancia para las poblaciones del entorno de Zaragoza y de la Ribera Baja del Ebro, sobre todo otorga una gran fluidez a las mercancías y vehículos que circulan por esta zona.

El Gobierno de Aragón abona trimestralmente una cantidad en forma de tarifa al concesionario en concepto de contraprestación, en función de los usuarios de la Autopista. Se trata de un peaje en sombra, es decir, completamente gratuito para el usuario.

Su coste será asumido por el Gobierno de Aragón durante los 30 años de concesión, compromiso que vencerá en 2035, fecha en la que esta infraestructura quedaría integrada en la Red Autonómica de Carreteras.