Alberto Ammann: "Durante el rodaje escuchaba a los Rolling para cargar pilas"

  • El actor protagoniza la película 'Lope' que se estrena el viernes.
  • Comparte reparto con Pilar López de Ayala, Leonor Watling, Juan Diego y Luis Tosar, entre otros actores.
  • Asegura que se aprendió los versos de su personaje recitando en su casa: "de pie, acostado, sentado, comiendo…".
El actor Alberto Ammann, durante la presentación de 'Lope' en Madrid.
El actor Alberto Ammann, durante la presentación de 'Lope' en Madrid.
JORGE PARÍS
El actor Alberto Ammann, durante la presentación de 'Lope' en Madrid.

Es el actor del año en la "película del año", como ya se han aventurado algunos a calificar Lope, producción española de altos vuelos en el que la acción, el romance y el teatro se dan la mano. Después de obtener un Goya por su papel en Celda 211, el argentino Alberto Ammann hace vibrar los versos del escritor del Siglo de Oro con pasión y muchas ganas.

Lo suyo ha sido llegar y besar el santo: Goya, Lope…

Eso he escuchado por ahí (risas). Estoy muy agradecido, no sólo a gente muy puntual que tiene que ver con el apoyo, la elección y el camino, sino también a que los astros se hayan alineado, que eso ya responde un poco al misterio. Hay tantos actores y actrices con tanto talento que no logran tener su oportunidad, que uno lo valora el doble…

¿Se siente, como dice su compañera Leonor Watling de su personaje, como una estrella de rock?

¡No, no! (risas). Yo me paro en un estadio con 60.000 personas y no sé que me pasaría por el cuerpo. Pero esa sí era una imagen muy fuerte para ayudarme con Lope, pensar quién sería hoy en día. En algunos momentos del rodaje escuchaba a los Rolling Stones para cargar pilas, era curioso, había algo muy bueno en el rock and roll, aunque también hubo momentos para la música clásica, por ejemplo para el Requiem de Mozart.

Un personaje así, ¿necesita mucha motivación?

Conlleva mucha presión y mucho de planteárselo y replanteárselo, incluso después de haber dicho que sí: los dos días de después fueron muy heavies. No duró mucho, por suerte, porque enseguida hubo que 'ir  al ajo' y no tenía tiempo para distraerme, no me lo volví a cuestionar.  Lo que había que hacer era romperse el lomo para sacarle jugo lo más posible al personaje dentro de unas circunstancias de tiempo muy concretas. Todo consistió en dormir poco y trabajar mucho, pero fue muy enriquecedor.

¿Cuánto se acordó del Joseph Fiennes de Shakespeare in love?

Me acordaba bastante de la película, pero no me vino a la cabeza hasta que alguien me lo dijo. En el guión de Lope hay algo que no tiene mucho que ver con Shakespeare in love, que es, podría decirse, más 'infantil', como de cuento de hadas; Lope es más madura en ese aspecto y eso me gustó. Las similitudes sobre un escritor muy importante para la época y la literatura en general  existen, y de hecho Lope habló de cosas parecidas a las de Shakespeare antes incluso que él, era interesante.

¿Cuánto tuvo que repetir los versos hasta recitarlos correctamente?

¿En mi casa o en el rodaje? (risas). En el rodaje por suerte pocas, en casa muchas. Gran parte del trabajo se hace antes de rodar por el tiempo y las prisas, allí hay que dar lo más cerca del blanco que puedas, aunque luego siempre puedas sumar algo. En casa sí practicaba, de pie, acostado, sentado, comiendo…

Sus amigos estarían encantados…

Me quedé bastante solo en ese tiempo, no sé por qué (risas) Todo el mundo huyó de mi lado, estaba hablando solo todo el rato…. Busqué profesores que me aguantaron la locura y me vinieron muy bien.

Resulta revelador su duelo interpretativo con Juan Diego, dentro y fuera del personaje.

Los que se baten a duelo son los personajes, claro, es un horror pensar que hay algo entre actores, sobre todo porque cuando yo me paro delante de Juan Diego tengo una ilusión que me desborda. Ya en las lecturas de guión me queda admirando lo que tenía que proponer, los cambios que traía hechos, etc. Era una fuente de echar agua y yo no sabía cómo recogerlo todo y estar a la altura. Lo que me quedaba era estar junto a él, aprender  y mirarlo moverse en el espacio, eso fue para mi alucinante, es un crack. Hay actores y actrices que trabajan solos, por suerte Juan Diego no es uno de ellos, y además espera de ti lo mismo que él te da, aunque no es un exigente, es muy humilde.

No han hecho una comedia pero, ¿hubo diversión en el rodaje?

La verdad es que hubo momentos muy divertidos, pero siempre estabas muy conectado con el trabajo, nunca se tradujo en dispersión. Hacíamos un par de coñitas para relajar los nervios pero inmediatamente, después de un par de risas, volvíamos al tema.

¿Cuánto le seduce la fusión entre cine y teatro?

Mi finalidad era hacer teatro, lo del cine llegó luego. Pero en esta película ha sido maravilloso, sobre todo estar en esas corralas tan bien hechas, fue un viaje al primer amor, cuando yo me di cuenta de que estaba enamorado del teatro.

Dada su procedencia, la familia que tiene y lo que vivieron en Argentina, ¿le gustaría algún día meterse con un personaje o una historia política?

Me encantaría… Llegará, seguramente cuando pase de los  45, pero esperaré muy gustoso.

BIO. Nació en Córdoba (Argentina) en 1978. Su papel de funcionario de prisiones en Celda 211, de Daniel Monzón, le hizo merecedor del Goya al mejor Actor Revelación en la pasada edición de los premios.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento