Las aragonesas que aseguran haber sufrido maltratos por parte de la policía marroquí en su visita a El Aaiún, en el Sáhara occidental, Emma Pomar y Pilar Fortuño, han criticado que el Gobierno español "no ha hecho su trabajo", y que "tiene que intervenir y responsabilizarse de las personas que nos han ayudado".

En la rueda de prensa que se ha celebrado hoy en la capital aragonesa, han narrado su experiencia en el país africano al que fueron de vacaciones para visitar a unos amigos.

En su relato han explicado que el 23 de agosto, sobre las dos de la mañana, participaron en el recibimiento de unos activistas saharauis que volvían a su casa en el barrio de Matala de El Aaiún, junto al mexicano Antonio Velázquez y la catalana Isabel Terraza. Para evitar que la Policía cargara "con tanta violencia", se situaron alrededor de la entrada de la casa, amparándose en su condición de extranjeros.

A pesar de ello, la Policía cargó contra los activistas, sin advertir ni retirar a los ciudadanos extranjeros, que también recibieron los golpes, han asegurado ambas. "En cuanto bajaron del coche", ha recordado Pilar Fortuño, "les pegaron una paliza y los tiraron al suelo, y a nosotros también. Se produjo una pequeña avalancha en la puerta de la casa y nos dieron patadas, porrazos, puñetazos, nos arañaron, nos insultaron y nos escupieron".

Después de estos acontecimientos, las aragonesas decidieron llamar a la embajada, pero los tres teléfonos de emergencia estaban apagados o fuera de cobertura. Al llamar al consulado, "el señor que se encarga del teléfono de emergencia, que a día de hoy no sabemos cómo se llama, nos explicó que estaba durmiendo, que estas cosas pasan todos los días y que, en todo caso, al día siguiente a partir de las 10 de la mañana, podrían ver cómo gestionar la situación".

"Tres españolas, un mexicano y 20 saharauis hemos vivido una situación de claro peligro", ha aseverado Fortuño para recalcar que "desde que llegamos a El Aaiún hemos tenido una pareja de policías vestidos de civil siguiéndonos. Ante esta desprotección sólo nos hemos sentido a salvo gracias a los medios de comunicación y a la protección de los saharauis, que se jugaban la vida para ayudarnos, y ahora la Policía tiene sus nombres y sus caras".

Ayuda del gobierno de aragón

Fortuño ha indicado que el Gobierno de España "no ha hecho su trabajo" pero que "el Gobierno de Aragón se puso en contacto con nosotras a los dos días" y ofreció su ayuda si tenían "cualquier problema o necesitábamos salir del país". Sin embargo, "todo lo que hemos recibido por parte del consulado han sido presiones para que nos vayamos, y eso es allanarle el camino a Marruecos".

Según Fortuño, "el Gobierno español está ayudando a Marruecos a acabar con nosotros vendiéndoles armas, así que rogamos a las asociaciones internacionales que hagan algo antes de que sea tarde, porque están exterminando a la población saharaui. Esto es un genocidio", ha sentenciado.

"El Estado tiene que intervenir y responsabilizarse de las personas que nos han ayudado", ha pedido Fortuño, "porque están sufriendo las consecuencias: torturas, violaciones, excarcelaciones, desapariciones y muerte. Por eso es importante que acudan extranjeros allí, porque no existen medios de comunicación".

Las dos aragonesas han vuelto a casa, aunque tienen previsto volver y pronto hasta El Aaiún donde han quedado sus compañeros Antonio, que se encuentra encerrado en una casa y amenazado de muerte, e Isabel, que está recopilando información e imágenes y colgándolas en 'Youtube'. Los cuatro esperan reunirse para tomar una decisión conjunta para emprender acciones legales contra el Gobierno de Marruecos.

Durante la rueda de prensa, el activista con residencia habitual en la localidad de Mora de Ebro (Tarragona), Wally El Houcini, ha contado desde El Aaiún a través del teléfono móvil "las amenazas, vejaciones y torturas que sufre la población saharaui en Marruecos".

En su breve intervención ha hecho un llamamiento para que "hagan algo por nosotros, porque la Policía carga contra la gente que se manifiesta en la calle pacíficamente pidiendo la libertad. Aquí no sabemos lo que es la democracia".