Cambio de residencia

El traslado de la sede de la CMT, decidido por el Ministerio de Industria, del cual depende, vino acompañado de cierta polémica debido al cambio de residencia de muchos de sus 120 trabajadores.

Unas 60 personas han decidido venir a Barcelona «de forma voluntaria». Ahora tendrán 10 meses para ver si les gusta trabajar en la capital catalana y decidir si siguen aquí o vuelven a Madrid para incorporarse a otro destino.

El resto de trabajadores de la CMT son catalanes, así como de otras comunidades españolas que han tenido que aprobar un concurso público para obtener una plaza de trabajo.

La CMT cumplirá este año en su nueva sede de Barcelona su décimo aniversario de existencia. Su labor afecta a las grandes empresas de telecomunicaciones, ya que regula la buena competencia entre los operadores y tiene una función sancionadora ante las irregularidades que puedan cometer. Su nueva oficina en Barcelona puede significar una mayor presencia de sedes de los diferentes operadores de telecomunicaciones en Catalunya.