Según las estimaciones iniciales, harán falta unos 425.000 vehículos pesados, que si los dividimos entre los dos años que está previsto que dure la obra del túnel (sin contar los domingos), nos da unos 600 camiones diarios.

El estudio informativo, elaborado por el Ministerio de Fomento, estima que del túnel de 4.673 metros (entre la calle Daniel del Olmo y la carretera de Renedo) saldrán 3,5 millones de metros cúbicos de tierra, de los cuales sólo 300.000 se podrán reutilizar de nuevo y el resto habrá que depositarlo en graveras autorizadas.

El propio estudio recomienda cuatro que están próximas a la capital: una en Cigales, otra en La Cistérniga, una más al norte de Valladolid y la última, junto al cementerio del Carmen.

Entre las ventajas que ven los técnicos del Ministerio destaca que se puede acceder a ellas por carreteras principales, como la N-122, la N-620 o la de Santovenia, «por lo que no harán falta nuevos caminos». Sin embargo, no menciona nada de los atascos que puede generar tal volumen de camiones circulando por estas vías, ya de por sí saturadas.

Según los cálculos de Fomento y del Ayuntamiento, las obras del túnel podrían comenzar a finales del año que viene, aunque el AVE llegue en superficie antes.