Esto, sumado a que las inspecciones que se realizan a bordo de los autobuses son pocas, ha disparado un 77% el uso fraudulento de los abonos de transporte. Si en 2004 se retiraron 44 tarjetas, en 2005 la cifra subió hasta 78. De ellas, sólo 35 (el 44%) volvió a manos de sus dueños, mientras que en 2004 el índice de recuperación alcanzaba el 50%.

Penas poco disusasorias

Usar la tarjeta de abono de un tercero es sencillo y actualmente apenas conlleva riesgo ni penalización. Lo peor que puede pasarle al infractor es que lo detecte un inspector, le confisque el abono y le haga pagar el billete. Total, un euro con las nuevas tarifas. En cambio, los beneficios económicos saltan a la vista.

Además, el titular del abono podrá recuperarlo siempre que no se reincida en el uso fraudulento del mismo. Vitrasa no cursa denuncia por suplantación de identidad porque entiende que ese trámite debe realizarlo el titular, que suele ser alguien cercano al defraudador.

Aviso a la Policía

Sólo cuando el infractor reincide, la empresa da parte a la Policía. En los demás casos, «confía en que no se vuelva a repetir», dicen fuentes de la concesionaria.

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Ocho inspectores para todo Vigo

Ocho empleados de Vitrasa se encargan de controlar el funcionamiento general de la red de autobuses en Vigo. Estos inspectores deben repartir su jornada entre tareas como realizar comprobaciones a bordo de los autobuses o controlar la puntualidad de las líneas.