El presidente de Chile, Sebastián Piñera, pudo charlar con los obreros atrapados en la mina San José el pasado martes. Hablaron de sus familias, bromearon e incluso pidieron una botella de vino para celebrar el Bicentenario el próximo 18 de septiembre. Durante 20 minutos hablaron de todo menos de lo que sabe el resto del mundo: que tendrán que esperar tres meses para ver la luz.

Piñera conversó con el jefe de turno, Luis Urzúa, durante la faena en la que se produjo el derrumbe el pasado 5 de agosto. "Estamos esperando que todo Chile haga fuerza para que nos puedan sacar este 18 de septiembre", le trasladó Urzúa al mandatario chileno. "Señor Presidente -agrega Urzúa hablando en nombre de sus compañeros- nosotros necesitamos que tengan fuerza y nos rescaten lo antes posible y que no nos abandonen", según publica El Mercurio de Chile.

Por su parte, el presidente chileno ha destacado la fortaleza de los mineros y les reiterado que se están haciendo todos los esfuerzos por sacarlos en el menor plazo posible. "No van a estar solos ni han estado solos un solo momento: el Gobierno está con ustedes. Está todo el país con ustedes y quiero que estén tranquilos porque sus familias van a estar acompañadas y apoyadas", les ha dicho Piñera.

Segun informa el diario Las últimas noticias de Chile, los 33 hombres que permanecen bajo tierra desconocen el tiempo que tardarán en ser rescatados. Según el psicólogo Alberto Iturra, "aunque tienen un buen nivel emocional y cognitivo, hay que evaluarlos cuidadosamente". Antes de contarles todo, "deben establecer liderazgos y una rutina" para que puedan asimilar y sobrellevar el impacto emocional del retraso  del rescate.

Aun así, son conscientes de que las labores de rescates son complicadas e intuyen "que se demorarán mucho".

Una casa bajo tierra

Las autoridades chilenas pretenden que los mineros tengan su particular "hogar" bajo tierra. Una vez que se estabilicen fisiológicamente, deberán comenzar una rutina de ejercicios desarrollados desde el Ministerio de la Salud. Además tienen que separar una zona limpia para crear un lugar donde comer y trabajar y así evitar infecciones.

Los obreros, que sobreviven en un espacio de dos kilómetros de túneles, apenas utilizan el refugio que les salvo la vida. En el cubículo apenas hay ventilación y los problemas respiratorios podrían ir a peor. Durante los primeros días utilizaron la energía que les proporcionaba las baterías de los nueve vehículos que permanecen en el interior de la mina, aunque solo tenían batería para 15 días.

Para que no pierdan el contacto con sus familias, que no se mueven de los alrededores de la mina instalados en el llamado 'Campamento Esperanza',  utilizarán uno de los sondajes para instalar una cámara con audio y vídeo que estará funcionando las 24 horas del día.

Una vez que los mineros se adapten a estas rutinas, comenzará la fase de 'entretenimiento'. "Les haremos cantar, jugar a naipes e incluso hacer representaciones para que no pierdan la cohesión como grupo" afirman desde el ministerio.

Instalación de la perforadora

El martes se empezó a instalar una gran máquina perforadora que debe excavar un túnel para sacar a los obreros, una tarea que durará meses. "Van a estar con nosotros para la Navidad y el Año Nuevo", vaticinó el presidente de Chile, Sebastián Piñera.

La máquina perforadora deberá excavar un conducto de 66 centímetros de diámetro por el que serán rescatados los trabajadores y que tardará entre 3 y 4 meses en estar listo.

La mina estuvo cerrada en 2007

El diario electrónico El Mostrador, difundió este martes que pese a que la compañía San Esteban, dueña del yacimiento, "cargaba con un muerto por derrumbe, accidentes y multas de la Dirección del Trabajo", recibió de manos del presidente de la Sociedad Nacional de Minería, de la época, Hernán Hochschild, premios por su aporte al sector y trayectoria en 2004.

En 2007 y tras numerosos incidentes, la mina cerró a causa de la muerte del geólogo Manuel Villagrán Díaz por la explosión de una roca.

"Desde 2004 San Esteban suma 42 multas, tres muertos, 45 millones de multa al Instituto de Servicio Provisional y ocho millones a la Asociación Chilena de Seguridad", precisó el diario.