La Policía filipina aparta a cuatro oficiales por la gestión del secuestro en Manila

La Policía investiga el autobus en las que un grupo de turistas permaneció retenido durante doce horas. La operación de rescate terminó con el secuestrador y ocho rehenes muertos.
La Policía investiga el autobus en las que un grupo de turistas permaneció retenido durante doce horas. La operación de rescate terminó con el secuestrador y ocho rehenes muertos.
Dennis M. Sabangan / EFE
La Policía investiga el autobus en las que un grupo de turistas permaneció retenido durante doce horas. La operación de rescate terminó con el secuestrador y ocho rehenes muertos.

La jefatura de la Policía filipina apartó este miércoles del servicio a cuatro de los oficiales del cuerpo que estuvieron al frente del polémico operativo que concluyó con la muerte de ocho rehenes de los hasta 25 que estuvieron secuestrados a bordo de un autocar, en Manila.

El jefe superior del departamento, Agrimero Cruz, no identificó a los cuatro oficiales de la Policía, que según precisó, permanecerán apartados del servicio hasta que "se conozcan los resultados" de la investigación interna sobre el desarrollo de la actuación.

La Policía admitió el martes que se cometieron errores en la ejecución de la estrategia para poner fin al secuestro perpetrado el día anterior por un ex oficial del cuerpo armado con un fusil ametrallador, y que fue retransmitido en directo por los canales de televisión de medio mundo.

Cerca de dos decenas de efectivos de la unidad de intervención inmediata de la Policía abortaron un intento de penetrar en el interior del autocar cuando el secuestrador abrió fuego, y durante aproximadamente una hora aguardaron en ambos lados del vehículo.

La actuación policial para poner fin a un secuestro que duró unas 12 horas y que terminó cuando el secuestrador fue abatido de un disparo, ha sido duramente criticada por los gobiernos de Pekín y Hong Kong, que repatrió los cadáveres de las ocho víctimas y a los supervivientes.

El presidente filipino, Benigno Aquino, defendió el martes la actuación de la Policía tras la repulsa de Hong Kong y Pekín, aunque ordenó a los ministerios de Justicia e Interior abrir una investigación sobre la gestión policial de la crisis.

El captor, Rolando Mendoza, de 55 años y ex capitán condecorado en diez ocasiones, pretendía con esa acción su readmisión en la Policía y la revisión del caso por el que fue apartado del cuerpo en 2008 tras ser implicado en un asunto de robo y extorsión con drogas.

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