El retraso de las obras del Guinardó degrada el entorno del Mercat

La mayoría de comercios han tenido que cerrar y los que aún aguantan aseguran que han perdido un 40% de las ventas.
Desde hace más de 30 años los vecinos y comerciantes de la calle de Teodor Llorente, que cruza el mercat del Guinardó, sabían que algún día el Ajuntament les expropiaría. Lo que no sabían es que tardaría tanto.

De las 17 tiendas que había en la parte afectada de esta calle sólo quedan tres y aseguran que han perdido «entre un 30 y un 40% de las ventas», según asegura Consuelo San Emetereo.

La calle Teodor Llorente debe ampliarse y pasar de uno a tres carriles y conectar con la ronda Guinardó, que pasa por encima.

Siete años de dejadez

Lluís Jimeno, miembro de la Plataforma Cívica del Guinardó, explica que llevan muchos años sin hacer reformas (porque saben que les van a expropiar) y que muchos comerciantes ya se han trasladado a otros barrios, huyendo del abandono. Vecinos y comerciantes han cortado el passeig Maragall en algunas ocasiones y han logrado que el Ajuntament acelerara algunas expropiaciones y empezara a reformar una parte de la calle. Pero, según dicen, «en ocho años casi no se ha avanzado nada».

Manzana de servicios

El gerente de Horta-Guinardó, Eduard Vicente, explicó que el Distrito ya ha empezado las expropiaciones y que el proyecto finalizará el próximo mandato. El cambio prevé reducir el mercat (donde hay más paradas cerradas que abiertas) y construir varios equipamientos.

Molestias con los vecinos

A todos estos problemas hay que añadir la llegada de nuevos vecinos que se han instalado en una vieja nave de una industria que ya se trasladó. La mayoría son extranjeros de origen europeo y, según los vecinos de toda la vida, «son muy molestos» porque además de hacer fiestas, «se mean y defecan en la calle». Según aseguran también han oído tiros.

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