La escritora mexicana Laura Esquivel, que participa en el ciclo de ponencias 'Patrimonio intangible: aromas, olores y sabores' de los cursos de verano que la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) organiza en Baeza, aseguró este martes que en sus libros trata de establecer una comunicación "directa y honesta" con los lectores y consigo misma.

Esquivel, célebre por su novela "Como agua para chocolate", trabajó como docente y escribió obras de teatro infantil. Esa trayectoria como educadora, reconoció ante los periodistas, se ha dejado sentir en su literatura: "Es algo muy integrado en mí. Siento que en mis libros se cuelan ciertos vicios de mi labor como maestra. Me gusta ser muy clara, que el lenguaje se entienda. Esto siempre ha estado muy presente en mi obra. Hay muchos intelectuales que pretenden que se note en sus libros toda su cultura, situarse a un nivel que sólo alcanzan unos pocos. Yo hablo de lo que quiero hablar, no de lo que está de moda o de lo que los editores quisieran que yo escribiera".

'Como agua para chocolate', publicada en 1989, fue traducida a más de treinta idiomas y permaneció en las listas de best sellers del New York Times durante más de un año. El éxito de esta obra se consagró con la adaptación cinematográfica llevada a cabo en 1992 por su entonces marido y director Alfonso Arau.

Esquivel creó una atmósfera indecible para narrar la historia de un amor imposible e imperecedero en medio de ollas y sartenes. Una novela que marcó su carrera y en cierta forma la encasilló: "Todavía me llaman para prologar y presentar libros de cocina", ironizó la escritora.

"Cuando escribo mi segunda novela, 'La ley del amor', fue un shock, porque la gente esperaba una segunda entrega de 'Como agua para chocolate'. Yo salgo con una obra de ciencia ficción, y la primera novela multimedia además. La narración se hace a través de la música y de la imagen. Hubo un gran desconcierto", explicó Esquivel. 'La ley del amor' va acompañada de un disco con arias de Puccini, para escucharlo mientras se lee siguiendo unas instrucciones.

La escritora habló precisamente de la integración de otros lenguajes en la creación literaria: "A mí no me dan miedo las nuevas tecnologías, me encantan, me abren un mundo de posibilidades. Manejo la imagen y la palabra, simultáneamente. Tengo mis libretas, mis agendas las escribo a mano. Pero viajo con el iPad. Es muy agradable viajar con muchos libros, que de otra forma no podrías traer. Y te ofrece un juego maravilloso de imágenes, de música y de dinamismo que resulta positivo". Esquivel no cree que estas herramientas desbanquen al libro de papel, que "seguirá siendo el libro siempre".

Por otro lado, la ponente, en consonancia con la temática del curso, remarcó el valor del patrimonio intangible, y su empleo en la literatura: "Hay cosas que no se compran y que nos pertenecen a todos. Algunos escritores son conscientes y las manejan, y otros no. Porque uno no ve las cosas en las que no cree. Para muchas personas sólo existen los edificios, los números, pues así les han educado. No necesitan escuchar el silencio, viajar y moverse de otra manera por el mundo", dijo.